Descubren el mecanismo cerebral que produce apatía y falta de motivación a ratones enfermos de cáncer
Una proteína que viaja entre nuestros sistema inmune y el cerebro a través del tronco encefálico frena la producción de dopamina aumentando la sensación de tristeza de algunos pacientes

Una nueva investigación del profesor asociado de CSHL Tobias Janowitz, el profesor de medicina de WashU Adam Kepecs y sus colaboradores revela un circuito en el tronco encefálico que puede detectar la inflamación e impulsar un comportamiento similar a la apatía en la caquexia por cáncer. Crédito Laboratorio de Kepecs, WashU Medicine / Laboratorio Janowitz, CSHL

Cuando a una persona le diagnostican un cáncer supone una revolución en su vida, la de su familia y la de todo su entorno. De forma completamente lógica, los afectados sienten que la situación mina su mente. A la vez, la gran mayoría cuentan como se sienten más cansados por efecto de algunos síntomas concretos.
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Duermen peor, sienten malestar general, están más nerviosos o tristes, y también sienten molestos y muy duros efectos secundarios de la quimioterapia. Muchas personas hablan de cómo entran en una situación de apatía o de falta de motivación. A eso se le llama caquexia por cáncer: se produce una pérdida significativa de peso, masa muscular y grasa corporal, y una sensación de desmotivación muy importante. Y además, no mejora con el apoyo nutricional que se le suele recetar a los pacientes.
Durante mucho tiempo, esta pérdida de motivación se ha interpretado como una consecuencia psicológica del propio deterioro físico y mental que produce estar viviendo una situación de tantísima tensión emocional. Sin embargo una investigación, publicada en la revista Science, y que firman investigadores de dos centros británicos y estadounidenses, el profesor Tobias Janowitz, del Laboratorio de Cold Spring Harbor y Adam Kepecs, de la Universidad de Washington en St. Louis, arroja una nueva luz sobre el tema. Eso si, todos los neurólogos que hemos consultado nos advierten: es una prueba experimental en Ratones. El neurólogo David Ezpeleta dice que "el trabajo tiene interés al abrirse una vía de tratamiento de la apatía en los pacientes con cáncer y caquexia, pero trasladar esto a los humanos y demostrarlo es otro cantar".
Lo que han descubierto los autores es que hay un circuito entre el sistema inmune de los mamíferos y el cerebro -a través del tronco encefálico- que, al detectar la inflamación provocada por el cáncer, reduce la liberación de dopamina, la sustancia que regula el placer, la motivación y el bienestar. "Descubrimos un circuito cerebral completo que detecta la inflamación en el torrente sanguíneo y envía señales que reducen la motivación", dice Kepecs, que concluye que "la apatía no es solo una reacción emocional o psicológica a la caquexia, sino que está integrada en la biología de la enfermedad". La apatía está provocada por un proceso biológico que ahora conocemos.
Las pruebas muestran como la proteína IL-6 -presente en procesos inflamatorios y asociada a la caquexia por cáncer— es clave. Es como una señal de alarma que lanza el sistema inmunitario de un mamífero hacia el cerebro al detectar los problemas que está causando el cáncer.
En sus experimentos en ratones, lo que han hecho ha sido bloquear esa proteína. Los animales, que presentaban signos de apatía, lentitud y problemas de esfuerzo para recoger comida, recuperaron parte de su motivación, volvieron a moverse. Para reforzar la teoría les pusieron el alimento en zonas todavía más complicadas, e incluso, cuando el esfuerzo requerido para obtener alimento era mayor, lo buscaban si tenían bloqueada esa proteína. Se producía el mismo efecto que al aumentarles artificialmente los niveles de dopamina.
¿Para qué sirve?
Este avance no solo ayuda a comprender mejor la situación emocional de los pacientes oncológicos, sino que abre la puerta a nuevas estrategias terapéuticas dirigidas directamente a la inhibición de esta proteína y este proceso. Los autores sugieren que tratamiento ya existentes podrían adaptarse para mejorar la calidad de vida de quienes viven con cáncer, permitiéndoles afrontar los tratamientos con más fortaleza física y emocional.
"Queremos que los pacientes se sientan mejor, y también que puedan responder mejor a la terapia", resume Janowitz, colíder del equipo de CANCAN, dentro del programa "Cancer Grand Challenges", una iniciativa de investigación cofundada por Cancer Research UK y el Instituto Nacional del Cáncer.

Javier Ruiz Martínez
Redactor de temas de sociedad, ciencia e innovación en la SER. Trabajo en el mejor trabajo del mundo:...




