Alergia al agua: una madre relata cómo es su vida al padecer urticaria acuagénica

Madrid

El cuerpo humano es un enigma que durante siglos se ha estado estudiando de forma minuciosa para comprender su funcionamiento y el porqué de la aparición de enfermedades, ajenas a agentes externos. Una de las afecciones más estudiadas sobre nuestro sistema inmunitario son las alergias, las cuales se padecen cuando una sustancia extraña se agrupa a nuestro cuerpo, ya sea de forma oral o mediante el tacto.

Pese al gran avance de la medicina, algunas de las alergias más extrañas y que muy pocas personas sufren, aún no tienen un medicamento o cura que las puedan contrarrestar. Este es el caso de la urticaria acuagénica o alergia al agua, una reacción en la piel de cierto individuo que le provoca una hinchazón, además de la aparición de ronchas o manchas rojizas cada vez que entra en contacto con el agua.

Kendall Bryce, una madre británica de 25 años, es una de las pocas personas que padecen esta afección y, en una entrevista concedida al New York Post, ha relatado cómo es su día a día desde que le diagnosticaron esta enfermedad. "Es una verdadera lucha diaria", confiesa Bryce.

Al no poder estar en contacto con el agua, Kendall se ve obligada a reducir el número de duchas y baños por semana debido a las reacciones cutáneas que experimenta cada vez que se baña. "Solo puedo bañarme o ducharme dos veces por semana debido al dolor insoportable, así que me preocupa constantemente oler mal", añade.

Abrasiones en la piel

La principal reacción que sufre su piel cuando entra en contacto con el agua son unas leves abrasiones y quemaduras que le provocan un picor incesante. Según cuenta, cuando comenzó a padecer la urticaria acuagénica el dolor era soportable; sin embargo, durante los últimos años el dolor ha aumentado hasta el punto de llegar a ser tan intenso que su cuerpo puede entrar en shock.

"Al principio, sentía como si me picaran ortigas por todo el cuerpo. Pero ahora siento como si me hubieran pasado un encendedor. Es insoportable. Siento una agonía de una media hora después de bañarme, pero se siente como si fueran dos horas. Lloro todo el tiempo", relata.

Cuando decidió acudir a su médico de cabecera para saber qué padecía, este no pudo hacer nada ni recomendarle algún fármaco debido a lo poco común que es la enfermedad y a la escasa investigación que se ha realizado. "Han probado muchos medicamentos diferentes, pero seguía teniendo reacciones. Todavía no he encontrado nada que me ayude", dijo.

Su situación actual se encuentra en un estado delicado, debido a que Kendall está embarazada y no se puede exponer demasiado al agua o consumir productos que contengan una cantidad ingente de agua. "Sólo quiero una vida normal en la que pueda salir bajo la lluvia, ducharme y bañar a mi hijo", concluye.