Barça y Real Madrid se medirán en la final de La Cartuja a las 22:00

La gran final de la Copa del Rey se hará de rogar durante todo el día 26 de abril para aglutinar las miradas del mundo del fútbol a última hora del día. FC Barcelona y Real Madrid, finalistas de una edición que promete emociones fuertes entre los dos clubes más laureados de España, ya saben que deberán ultimar sus preparativos para llegar en las mejores condiciones a las 22:00 horas de la noche sevillana. La Cartuja prevé un cierre de sábado por todo lo alto, con un partido que incluso se prolongará hasta el día 27 en caso de tener que acudir a prórroga. A buen seguro, la celebración del campeón sobre el césped se dará ya de madrugada.

Ha sido el Real Madrid quien se ha 'adelantado' a difundir el horario fijado por la RFEF para el esperado Clásico copero. Y es que la cuenta de Instagram del conjunto blanco sorprendía esta mañana con un anuncio que ni siquiera había promovido la propia organización. La final, según avanzó la cuenta madridista, quedó encuadrada a las 22:00 (hora peninsular española) del ya sabido día 26. La propia web de la RFEF contemplaba también esta misma ubicación en su calendario, confirmando la noticia que mantiene expectantes a culés y madridistas con dos semanas de antelación.

Antes de conocer la hora exacta, eso sí, ambos clubes ya tenían conocimiento de la cantidad de seguidores que podrían movilizar hacia la capital andaluza. Del total del aforo de La Cartuja (unos 72.000 espectadores), a cada equipo le perteneció un 40% de las entradas a repartir (26.031 aficionados en concreto para cada uno), habiéndose avanzado ya a atender las solicitudes para acudir presencialmente a la cita.

Será el tercer duelo entre Barça y Real Madrid de la temporada. Será, no obstante, el enfrentamiento más decisivo para su palmarés. Antes, el encuentro liguero del Santiago Bernabéu y la Supercopa de España de Arabia se saldaron ya con triunfos para los barcelonistas. Los precedentes avivan la emoción y la Copa del Rey, sin red, volverá a poner las emociones a flor de piel.