"Narcisista, manipulador y 'el esto se hace porque lo digo yo": un psicólogo desgrana la personalidad de Donald Trump

Madrid

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha agitado el mundo como un avispero desde tomó posesión como mandatario americano el pasado mes de enero. En solo tres meses su administración ha provocado una auténtica disputa internacional tras el caos de los aranceles y ha jugado con la subida y bajada de las bolsas internacionales llevándolas de extremo a extremo de un día para otro.

Un personaje político que nadie ignora y cuya personalidad provoca fervor y terror a partes iguales: sus masas le adoran y le llevaron de nuevo a la Casa Blanca en las anteriores elecciones de noviembre. Sin embargo, también ha tensado relaciones diplomáticas como la que tiene actualmente Estados Unidos con China, subiéndose de forma recíproca los aranceles como una pelea de patio de colegio.

Para desgranar la personalidad del republicano, el psicólogo Sergio García ha tratado de hacer un esquema que principalmente deja clara una cosa: Trump no está loco. "El rasgo que le define es el narcisismo. Quiere ser el centro del mundo y, además, tiene aires de grandeza", apunta en una entrevista con la SER.

"Su supremacismo blanco, el autoritarismo, el racismo, el 'esto se hace porque lo digo yo", remarca el psicólogo. Su Torre Trump en pleno centro de Nueva York es un claro ejemplo de cómo trata de hacerse notar. Además, "la figura de la mujer tiene que estar supeditada a él".

"Tiene información privilegiada y es un manipulador

El magnate tampoco disimula que el dinero es un asunto importante en su vida. "Está ganando dinero porque sabe cuándo sube y baja la bolsa. Tiene información privilegiada y es un manipulador", ha subrayado. Para Trump, su principal pilar, la política, es un show donde domina lo mediático y lo visual.

"No importa los estudios, ni la preparación, ni el programa electoral. El mundo es un reality, lo ha comprendido mejor que los demás", añade García, en la charla. Sabe manejar mensajes de la vida cotidiana de la gente, como el aumento de la presión del agua de la ducha aprobado mediante decreto, e impone titulares en el mundo con frases como "me quieren besar el culo".

Trump, tal y como se cuenta en la película sobre su vida, lleva a la práctica las fechorías con las tres reglas que le enseñó su abogado Roy Cohn: "Atacar [...], no admitir nada, negarlo todo [...], y nunca admitir la derrota".