"Es desmoralizador, la sensación es de indefensión absoluta y del miedo en el cuerpo": La asfixia de Trump a la comunidad científica

Madrid

Israel Cañadas vive en Estados Unidos desde hace una década, lidera un laboratorio en el Fox Chase Cancer Center, en Filadelfia (EEUU): "Investigamos el cáncer de pulmón para identificar estrategias terapéuticas para mejorar la supervivencia de los pacientes. Estamos interesados en mecanismos de resistencia a la inmunoterapia y también investigamos cómo manipular al sistema inmunológico para que ataque a las células tumorales". De hecho, ya el año pasado, su grupo de investigación encontró un mecanismo que activa a las defensas para que ataquen tumores que consiguen esconderse por ser microscópicos. Se trata de un cáncer de pulmón muy letal, de células pequeñas, con una tasa de supervivencia a cinco años que apenas supera el 10%.

"La situación actual es preocupante, hasta ahora el país ha sido número uno en la inversión biomédica y los recortes están teniendo ahora efectos globales muy importantes", argumenta Cañadas, "es cierto que conseguí hace muy poco financiación para 7 años, estoy tranquilo en ese sentido, pero el tijeretazo en el presupuesto científico me va a acabar afectando a nivel de infraestructura, recursos y poder para reclutar a más investigadores y estudiantes".

Sobre estos últimos pone el acento Cristina Espinosa, estudia las enfermedades cardiovasculares en una universidad del Midwest americano: "Los estudiantes son los que más van a salir perdiendo. Con los recortes se va a reducir el número y los internacionales tienen miedo porque les están revocando sus visas". Cuenta que en su laboratorio hay muchos que son extranjeros y han perdido su permiso para permanecer en Estados Unidos: "No podemos hacer nada, es desmoralizador, la universidad no tiene poder ni tampoco hay mecanismos para apelar contra la retirada de sus visas, nunca antes había sucedido esto". Según el secretario de Estado, Marco Rubio, ya se han revocado a casi 300 estudiantes extranjeros sus permisos para permanecer en Estados Unidos.

Las consecuencias, afirma Espinosa, es que el país está dejando de ser un destino atractivo para la comunidad científica y "se perderá el enriquecimiento que aporta trabajar en un grupo de investigación diverso": "No ha sido una sorpresa para nosotros, sabíamos qué podía pasar desde las elecciones en noviembre, pero todos estos movimientos han sido mucho más rápido de lo que esperábamos". Cristina Espinosa reconoce que el gobierno bajo la batuta de Trump "está generando miedo y caos": "Lo está consiguiendo, nos quiere hacer ver que nos puede controlar. El problema es la incertidumbre. Hay muchos compañeros que han perdido la financiación en proyectos sobre vacunas, cambio climático y todo lo relacionado con la diversidad. Yo llevo muchos años luchando por esto en el laboratorio, es un duro golpe".

"Conozco casos de personas a las que se les habían concedido becas K/99 MOSAIC, las otorga el NIH a minorías infrarrepresentadas, y cuando tomó posesión Trump se les cambió el estado de concedidas a pendientes", explica Josué Tonelli-Cueto, estudia métodos numéricos en geometría algebraica en The Johns Hopkins University (Baltimore). Reconoce que este contexto ha coincidido cuando está aplicando a otros puestos de investigación en Europa "porque el estilo de vida en Estados Unidos no le convence". No obstante, recalca que su experiencia de dos años y medio al otro lado del Atlántico ha sido muy positiva, además de tener "condiciones de financiación muy buenas".

Al matemático le mueven otras motivaciones ajenas a la política de Trump, pero sí matiza que otros colegas "hablan más de explorar otras posibilidades fuera": "Eso no significa que ahora de repente las condiciones sean infinitamente mejores. Por ejemplo, en España, se juntan dos trabas. Está la burocrática, que te hace muy difícil el uso de los fondos que obtengas, y la falta de garantías laborales para estabilizarte".

SOS de 1.900 científicos de alto nivel

"Hay muchos científicos que están eliminando su nombre de publicaciones o están cancelando proyectos. Es un desastre y esto es solo el principio", advierte el reconocido genetista Ginés Morata, miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. Él es uno de los casi 2.000 científicos del más alto nivel que han firmado una carta abierta en la que denuncian que el republicano está destruyendo el sistema científico del país. Morata denuncia la "censura en disciplinas como el cambio climático y el desarrollo de vacunas": "Era algo que se veía venir estando al frente del Departamento de Salud un antivacunas".

Va más allá el investigador del Centro de Biología Molecular del CSIC y denuncia que universidades como la de Columbia están sufriendo la congelación de fondos: "Es el chantaje de Trump a las instituciones que no casan son sus políticas. En el caso de Columbia, la acusa por no luchar contra el supuesto antisemitismo y permitir las protestas estudiantiles contra la guerra en Gaza". La Casa Blanca le ha recortado 500 millones de dólares en subvenciones. El mes pasado, miles de personas se movilizaron en más de 30 ciudades del país bajo el lema "Stand up for Science" (Defiende la ciencia) para protestar contra los recortes y los despidos masivos del gobierno de Trump en las agencias dedicadas a la salud, el clima, la ciencia y otros ámbitos de investigación.