Gaza, un mes más de guerra, más hacinamiento y más inhabitable
Solo este mes Israel ha matado a cerca de 400 niñas y niños gazatíes, según las autoridades palestinas

Imágenes de la destrucción provocada en el Hospital Bautista de Gaza tras el ataque israelí de este domingo. EFE/EPA/MOHAMMED SABER / MOHAMMED SABER (EFE)

Otros 23 muertos este jueves, 51.065 en 16 meses de bombardeos casi constantes sobre una población hambrienta y desesperada. Un mes después de que Netanyahu ordenara la ruptura del alto el fuego, Gaza es hoy una tierra más pequeña para los palestinos, que además de las bombas, siguen sufriendo hambre y cortes constantes de los suministros de medicamentos, luz y agua.
La Franja, de a penas 41 kilómetros de largo por una docena de ancho, en la parte más amplia, es más pequeña hoy para los palestinos porque el ejército israelí ha avanzado de manera acelerada en la ocupación de amplias zonas, no solo en las ya ocupadas en otros momentos del conflicto como el corredor Nazarim o Philadelphia, ahora los soldados de Netanyahu y los ministros de la ultraderecha religiosa hablan de que se han "anexionado" amplias zonas no solo en la frontera con Egipto, ocupando una gran parte además de la ciudad de Rafah, sino barrios enteros de Jan Younis, la segunda población en número de habitantes antes del 7 de octubre cuando Israel puso en marcha el asedio y los asesinatos de gazatíes.
Cerca de Jan Younis es donde las fuerzas armadas israelíes han creado lo que llaman "un nuevo corredor de seguridad", llamado Morag, en referencia a un antiguo asentamiento judío que hubo en la zona. Mientras tanto, en la noche del jueves al viernes, sus bombas mataron a otras 23 personas, 10 de ellos miembros de una misma familia.
"Una vez más, las vidas de los palestinos están siendo devastadas sistemáticamente mediante el desplazamiento forzoso de la población y el bloqueo deliberado de la ayuda vital" denuncia Médicos Sin Fronteras, una de las pocas organizaciones que sigue tratando de asistir a la población gazatí en los pocos espacios de atención sanitaria que quedan en pie en Gaza.
Y es que Netanyahu ha recrudecido los ataques a los hospitales en este mes desde que decidió unilateralmente romper el alto el fuego que se había alcanzado con el patrocinio de Trump y como gesto hacia este por su toma de posesión en la Casa Blanca. Después del intercambio de rehenes por presos en una pausa de las bombas, la segunda desde que comenzó el "genocidio", como lo califican muchos expertos jurídicos y humanitarias, que duró 58 días, y que permitió un segundo intercambio de rehenes por presos palestinos durante casi mes y medio. Según Israel, Hamás tiene aún en su poder 59 rehenes, de los que 35 habrían muerto y 24 siguen con vida, unos supervivientes que iban a ser liberados en la segunda fase del alto el fuego que el 18 de marzo Israel hizo saltar por los aires.
Según denuncia Médicos Sin Fronteras, “Gaza se ha convertido en una fosa común para la población palestina y para quienes acuden en su ayuda. Estamos siendo testigos en tiempo real de la destrucción y el desplazamiento forzoso de toda la población de la Franja”, afirma Amande Bazerolle, coordinadora de emergencias de MSF en Gaza. “Sin ningún lugar seguro para sus habitantes o para quienes intentan ayudarles, la respuesta humanitaria está sufriendo enormes problemas bajo el peso de la inseguridad y la escasez de suministros, lo que deja a sus habitantes con pocas opciones, si es que tienen alguna, para acceder a la atención”, sentencia. Según el Ministerio de Sanidad bajo control de Hamás, desde que se reanudaron las hostilidades el pasado 18 de marzo, más de 1.500 personas han perdido la vida.
Seis semanas sin entrada de ayuda
La OCHA, la oficina de coordinación humanitaria de la ONU, ha vuelto a recordar en las últimas horas que la mayoría de los cerca de 2 millones de gazatíes que malviven en la Franja depende la entrada urgente de ayuda humanitaria para seguir con vida. Dependen, en concreto, del millón de comidas preparadas que elaboran a diario en cocinas de caridad creadas por grupos de ayuda creados para alimentarse. La ONU alerta de que distintos programas de distribución de alimentos han tenido que cerrar por falta de suministros, y los pocos que hay se compran a precios prohibitivos por esa falta de entrada de ayuda humanitaria decretada por Israel desde hace 6 semanas.
Desde el 7 de octubre del 2023, Israel afirma haber matado a "unos 20.000 militantes de Hamás" pero sin aportar pruebas de que lo fueran, ha dañado gravemente el 60% de los edificios e infraestructuras clave del territorio palestino en el Mediterráneo, y ha generado el desplazamiento forzoso y repetido del 90% de la población.
Qatar y Egipto siguen abanderando los esfuerzos por lograr un nuevo alto el fuego, pero la situación política interna israelí con Netanyahu perseguido por los tribunales y las presiones de los ultras de su propio gobierno siguen provocando que el primer ministro judío se siga agarrando a la guerra como su propio salvavidas político a costa de matanzas diarias de niños y civiles ante la pasividad, silencio entrecortado o apatía de buena parte de la comunidad internacional.