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Agosto turístico en Semana Santa: las localidades que reciben turistas una vez al año

Pequeños pueblos como Verges, Bercianos de Aliste, Valverde de la Vera y Calanda multiplican su población estos días con rituales que no se ven en otros lugares

Agosto turístico en Semana Santa: las localidades que viven por y para el turismo una vez al año

Agosto turístico en Semana Santa: las localidades que viven por y para el turismo una vez al año

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Madrid

Además de una fiesta popular y religiosa, la Semana Santa es un evento turístico que mueve a miles de personas a los municipios donde se celebra. La patronal Exceltur calcula que este año las empresas del sector turístico aumentarán las ventas un 5% respecto al año pasado. La Asociación de Agencias de Viajes Especializadas ha registrado un incremento de las reservas del 15%. Y la intención de gasto es un 24% superior, según el Observatorio Cetelem.

En ciudades como Sevilla o Málaga, la Semana Santa es una cita más en un calendario turístico que se alarga todo el año. Pero hay pueblos pequeños donde no hay otra celebración, festividad o evento capaz de llegar a multiplicar por cinco su población. Y una de las razones es que su Semana Santa incluye rituales únicos y, en algunos casos, ancestrales. Es el caso de Verges (en Girona), Bercianos de Aliste (Zamora), Valverde de la Vera (Cáceres) y Calanda (Teruel).

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La 'Dansa de la Mort' en Verges

En la madrugada del Jueves Santo, cinco personas vestidas de esqueletos humanos recorrieron las calles de Verges recordando a la multitud que la muerte es inevitable y la vida frágil. Avanzaban bailando a saltos al ritmo de un tambor. Una de ellas agitaba una guadaña con la inscripción 'Nemini parco' ("No perdono a nadie"). Otra empuñaba una bandera negra con la frase 'Lo temps es breu' ("El tiempo es breve"). Una tercera mostraba a los presentes un reloj sin manecillas (la muerte puede llegar en cualquier momento). Y otras dos personas, más pequeñas, sostenían en sus manos un platillo con cenizas (polvo somos y en polvo nos convertiremos).

Es la 'Dansa de la Mort', el elemento más icónico de la procesión de Semana Santa de Verges, en la comarca del Baix Empordà (Girona). Un ritual "que bebe de la tradición medieval de las danzas de la muerte que hay en distintos sitios de Europa y que en Verges se ha mantenido dentro de la Procesión", señala Núria Roca, presidenta de la asociación La Processó. En concreto, se cree que viene de los ritos que surgieron en los países europeos afectados por la peste negra, que llegó a Cataluña a mediados del siglo XIV.

Con algo más de 1.100 habitantes censados, Verges llega a reunir estos días al triple de personas. "En la plaza, que es donde hay unas sillas para poder ver la representación, tenemos 1.500 personas. Y con toda la gente que está por las calles, nos podemos ir a unas 4.000 tranquilamente. Para el pueblo, como es pequeñito, la cosa es enorme", comenta Roca a la Cadena SER. Un pueblo que, dice, vive esta celebración "con sentimiento de comunidad" y consciente de ser portador de una tradición única.

El Descendimiento en Bercianos de Aliste

Si un evento destaca en el programa de la Semana Santa de Bercianos de Aliste es el Descendimiento y la procesión del Santo Entierro. En esta pedanía del municipio de San Vicente de la Cabeza, en la provincia de Zamora, el Viernes Santo el párroco lee un sermón y después los cofrades desenclavan de la cruz a Jesucristo, representado por una figura con agujeros en las manos y en los pies y con los brazos articulados. Un tipo de figura que no se utiliza en otros lugares. Luego recrean su entierro, transportándolo en procesión hasta el cementerio en una urna transparente en la que permanecerá hasta el Viernes Santo siguiente.

Un momento del Descencimiento en Bercianos de Aliste.

Un momento del Descencimiento en Bercianos de Aliste. / Pablo Blazquez Dominguez

Un momento del Descencimiento en Bercianos de Aliste.

Un momento del Descencimiento en Bercianos de Aliste. / Pablo Blazquez Dominguez

El ritual tiene otro elemento único: el vestido blanco de quienes participan en él. "Cuando falleces te entierran con eso, entonces la vestimenta blanca se convierte en la mortaja del cofrade", cuenta Elisenda Blanco, secretaria de la Cofradía del Santo Entierro. Según explica, la prenda no se lava durante un año para que esté bendecida y puedan vestir con ella a su dueño o dueña para su entierro en caso de que muera en los próximos 12 meses.

En Bercianos de Aliste hay empadronadas poco más de un centenar de personas, aunque en invierno la población se reduce a la mitad. "Es un pueblo muy pequeñito y con un invierno muy duro, entonces el pueblo está vacío. En cuanto llega la Semana Santa, el pueblo está repleto de gente", comenta Blanco. Unos 200 cofrades participan directamente en la Semana Santa, muchos de ellos personas nacidas o vinculadas a la localidad, pero residentes fuera. "Con toda la gente que vuelve a casa ya se llena el pueblo", dice la cofrade berciana, que calcula que estos días la población se triplica por los cientos de turistas que, cada año más, atrae esta fiesta, declarada de Bien de Interés Cultural de carácter Inmaterial por la Junta de Castilla y León.

Los 'empalaos' en Valverde de la Vera

Más de 5.000 personas se congregan durante el Jueves Santo en la localidad cacereña de Valverde de la Vera para ver a los 'empalaos', el ritual más reconocido de su Semana Santa. Por la noche, una veintena de hombres recorren en silencio un Vía Crucis por el pueblo descalzos, con los brazos en cruz atados a un timón de arado con una soga de esparto que también les envuelve torso. Su cara está cubierta con un velo blanco sujeto con una corona de espinas y por encima de la cabeza sobresalen dos espadas cruzadas apuntando al cielo. Durante el recorrido, el 'empalao' debe arrodillarse y rezar cuando pase ante una cruz o al encontrarse con otro 'empalao' o con una mujer nazareno.

Dos 'empalaos' se cruzan en una calle de Valverde de la Vera. Foto: Gustavo Valiente

Dos 'empalaos' se cruzan en una calle de Valverde de la Vera. Foto: Gustavo Valiente / Europa Press News

Dos 'empalaos' se cruzan en una calle de Valverde de la Vera. Foto: Gustavo Valiente

Dos 'empalaos' se cruzan en una calle de Valverde de la Vera. Foto: Gustavo Valiente / Europa Press News

El rito, declarado Fiesta de Interés Turístico Nacional, tiene una parte secreta. "Nadie conoce el número de 'empalaos' ni quienes van a salir. Eso queda circunscrito a la familia, que es la que viste al 'empalao', le proporciona el material y le acompaña en ese Vía Crucis", señala a la SER David García, secretario de la Cofradía. "Habitualmente el pueblo tiene unos 600 habitantes, se multiplica por dos probablemente por todos los que volvemos a casa durante estos días, pero con el turismo alcanzará las cinco o seis mil personas", comenta. "Lo anecdótico durante la noche del Jueves al Viernes Santo es encontrarte con alguien del pueblo. El resto son todo turistas".

Según explica, tres teorías explicarían el origen de esta tradición: que sea un ritual celta cristianizado, que provenga de las cofradías de disciplinantes que surgieron en Europa durante la peste negra o que lo crearan los judíos conversos para demostrar públicamente su nueva fe. Un ritual que, fuera de este municipio, solo se ve algo similar en Taxco, en México. "Cuentan que fue a raíz de un fraile de la zona que conocía este ritual y lo trasladó allí, pero esto realmente es único", explica García.

El Romper la hora en Calanda

El municipio turolense de Calanda triplica su población, de unos 4.000 habitantes, el Viernes Santo en el que celebra el Romper la Hora. Cerca de un tercio de ellos son turistas internacionales, atraídos por la figura del cineasta Luis Buñuel, nacido en Calanda hace 125 años. A las 12 del mediodía, más de 3.000 personas se concentran en las plazas del pueblo y rompen el silencio con los toques de sus tambores y bombos. Un sonido que se escuchará durante 26 horas ininterrumpidamente.

Imagen de la Rompida de la hora en Calanda. Foto: Javier Escriche

Imagen de la Rompida de la hora en Calanda. Foto: Javier Escriche / Europa Press News

Imagen de la Rompida de la hora en Calanda. Foto: Javier Escriche

Imagen de la Rompida de la hora en Calanda. Foto: Javier Escriche / Europa Press News

Esta tradición, declarada de Interés Turístico Nacional e Internacional, atrae cada año a más turistas. "Yo he conocido de niño la Plaza de España para romper la hora. Hoy es la Plaza de España, la plaza Cascajares, la Plaza San Miguel, son las calles adyacentes...", comenta Manuel Royo, presidente de la Coordinadora de la Semana Santa de Calanda. "No cabe nadie más, está abarrotado y el pueblo se ve superado en todos los sentidos: alojamiento, restauración de todo tipo... La afluencia es masiva".

Como en los otros municipios, gran parte de los visitantes son "calandinos ausentes". "Familiares de toda la vida que viven fuera, que son capaces perfectamente de no venir una Navidad o en las Fiestas del Pilar, pero para los que la Semana Santa es una cita ineludible", explica Royo. "En Calanda siempre decimos que contamos el inicio del año cuando terminamos la festividad del Sábado Santo a las 14h. Ahí iniciamos ya la cuenta atrás hasta el próximo año".

Carlos Sevilla

Carlos Sevilla

Periodista en el equipo de Informativos del Fin de Semana de la Cadena SER. Antes pasé por la sección...

 

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