Sabalenka se gana el cabreo de la juez de silla con una foto a una polémica huella: "Me dio un apretón de manos muy fuerte"

La número 1 del ránking WTA, Aryna Sabalenka, sorprendió a todos los presentes en el Abierto de Stuttgart tratando de tomarse la justicia por su mano tras una polémica decisión de la juez de silla de su eliminatoria de cuartos de final frente a Elise Mertens. Pese a su victoria, la bielorrusa quiso dejar constancia de su clara disconformidad y tomó cartas en el asunto tirando de un teléfono móvil. Ante la incredulidad del estadio y después de discutir con la responsable arbitral sobre el buen bote o no de una bola, Sabalenka se detuvo a fotografiar de cerca la huella de la discordia.

Todo vino porque Sabalenka se mostró desconcertada cuando una decisión de out le perjudicó, lo que le dio a la belga Mertens el primer quiebre de servicio del partido y una ventaja de 4-3 en el primer set. Una comprobación a pie de pista de la árbitra Miriam Bley confirmó la decisión.

Sin embargo, la bielorrusa fue a comprobarlo ella misma y, cuando Bley se negó a revisarla de nuevo, Sabalenka le pidió prestado un teléfono a una compañera de su equipo y tomó una foto de la marca entre una mezcla de vítores y silbidos del público. Ante ello, la juez de silla optó por amonestar a Sabalenka por conducta antideportiva.

Pero la polémica acabó sin tener demasiado recorrido en cuanto al resultado del partido. Inmediatamente después del incidente, la jugadora bielorrusa respondió con un contrabreak y terminó lanzándose hacia un claro triunfo por 6-4 y 6-1. Bley y Sabalenka se dieron la mano después del partido, aunque con una frialdad que todavía dejó claro el malestar por el lío de la decisión arbitral.

De ello habló la propia Sabalenka nada más finalizar el encuentro. En su entrevista a pie de pista, como ganadora del partido, la tenista no se mordió la lengua. "Cuando le di la mano, me miró con una expresión muy interesante y me dio un apretón de manos muy fuerte. Nunca antes lo había hecho", asumió, evidenciando la reacción que propició un gesto inédito en la cancha.