Así es Kevin Farrell, el cardenal Camarlengo al mando de la Iglesia hasta la elección de un nuevo papa

Madrid

Es la nueva y efímera figura del Vaticano: el cardenal Kevin Farrell se convierte en papa interino tras la muerte de Francisco este lunes a los 88 años. Como Camarlengo, fue él quien ha anunciado la triste noticia, pero Farrell, de 77 años, también es responsable de la gestión diaria del Vaticano hasta la elección de un nuevo papa en el proceso conocido como Cónclave.

Este irlandés, nacido en 1947 en Dublín, cruzó el Atlántico en 1967, oficiando en México y luego en Estados Unidos, donde fue escalando puestos hasta ser nombrado obispo de Washington por Juan Pablo II en 2001. Después, el papa Francisco lo llevó al Vaticano en 2016 para dirigir el dicasterio, el equivalente a un ministerio, para los laicos, la familia y la vida. Se convirtió en cardenal unos meses más tarde y luego fue nombrado por el Papa Camarlengo de la Santa Iglesia Romana en 2019. En este cargo, sucedió al cardenal francés Jean-Louis Tauran, quien falleció en julio de 2018.

Como Camarlengo, Kevin Farrell anunció el lunes la muerte del Papa Francisco, añadiendo: "Nos enseñó a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal, especialmente por los más pobres y marginados". Fiel seguidor del papa, el Camarlengo es un cardenal nombrado por el papa y que administra la justicia y el tesoro, preside la cámara apostólica y gobierna cuando la Santa Sede está vacante.

Por lo tanto, es responsable de notificar e informar sobre la muerte del papa. Hasta la muerte de Pío XII en 1958, el Camarlengo confirmaba la muerte del jefe de la Iglesia golpeándolo en la frente con un pequeño martillo de plata para asegurarse de que realmente estaba muerto.

Convocará las reuniones de cardenales y elegirá al nuevo papa

Tras la muerte del papa, todos los altos funcionarios del "gobierno" de la Iglesia, es decir, la Curia romana, deben dejar sus cargos, con excepción del cardenal Camarlengo. Será pues el cardenal Kevin Farrell quien convoque las reuniones de cardenales, conocidas como congregaciones, para decidir el día de la exposición de los restos del papa fallecido y la fecha de su entierro. Farrell también fijará la fecha del Cónclave y también es el encargado de elegir al nuevo Papa, que deberá comenzar no antes de 15 días ni después de 20 después del fallecimiento.

El camarlengo Kevin Farrell es pues el encargado de gestionar el Vaticano mientras se espera un nuevo papa, pero no puede tomar ninguna decisión que invada sus prerrogativas exclusivas. Por ejemplo, no puede nombrar nuevos cardenales. La Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, citada por la Conferencia de Obispos de Francia recuerda que el poder pontificio no puede ser sustituido: “Las cuestiones que son competencia del Soberano Pontífice, durante su vida o en el ejercicio de las funciones de su oficio  deben ser todas reservadas exclusivamente al futuro Pontífice".