Xavier Vidal-Folch: "Pedro Sánchez es del todo libre para acudir o no al funeral en la Basílica de San Pedro"

Madrid

Pedro Sánchez, no asistirá al funeral del papa Francisco. Y la caverna se escandaliza. Olvida sus mensajes súperafectuosos de condolencia. Olvida su sincero lamento por la desaparición de un papa tan social como lo ha sido el argentino. Olvida los tres días de luto oficial que el Gobierno ha decretado. Olvida que son los colegas extranjeros de la caverna, de Netanyahu al peor trumpismo, los que se han negado a reconocer su labor, y a lamentar su muerte: ¡pero si es que la deseaban!

Pedro Sánchez es del todo libre para acudir o no al funeral en la basílica de San Pedro. El argumento oficial de que yendo el Rey y varios ministros, España está muy bien representada es correcto. O sea que no vale ningún discurso patriótico en contra.

Otra cosa es que a muchos nos parecería excelente que también él fuese a Roma. No en vano Francisco representa, como el mismo Gobierno ha reconocido y ensalzado, el hilo común denominador de la sensibilidad democrática y de progreso de nuestra ciudadanía. El apoyo a las víctimas de Gaza, el apoyo a las víctimas de Ucrania, el apoyo a los migrantes en Estados Unidos, el apoyo a los inmigrantes en Lampedusa, el apoyo a las clases trabajadoras, el apoyo a la diversidad de género -incluso con algunos vaivenes--, su determinación en la lucha contra la pederastia eclesiástica, su convicción europeísta… Todo eso compartía el grueso de esta sociedad con el papa recién fallecido. Eso no lo convertía en un pontífice rojo, por supuesto que no cabe simplificar. Pero sí sintonizaba con lo esencial de las sensibilidades sociales abiertas y volcadas al futuro.

Además, sería triste que Trump y el trumpismo, que tanto le contrariaron y tanto maniobraron y maniobran contra su legado, robasen la imagen de su despedida. Ya asaltaron el Capitolio. No dejemos, católicos, agnósticos o ateos, que asalten también una gran casa del humanismo común. Pedro, a san Pedro, porfa.