Trump se salta el protocolo en el funeral del papa Francisco: el detalle de su traje que no cumple las normas del Vaticano
El presidente de Estados Unidos ha incumplido una de las normas de vestimenta dictadas por el Vaticano para la ceremonia que despedirá al pontífice

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, junto a su mujer Melania durante la misa funeral por el fallecimiento del papa Francisco este sábado en la Ciudad del Vaticano. EFE/EPA/RICCARDO ANTIMIANI / RICCARDO ANTIMIANI (EFE)

Madrid
La presencia del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en el funeral del papa Francisco ya está dando de qué hablar, apenas una hora después de que haya comenzado la misa funeral por el pontífice. Trump ha llegado esta mañana y, junto a su mujer Melania, se han acercado al interior de la basílica de San Pedro, donde se encontraba el ataúd, para dar su último adiós al papa.
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Apenas momentos después de que llegase el mandatario, Trump ya ha sido protagonista en varias ocasiones, con su saludo a los reyes de España o su reunión con Zelenski antes del funeral. Pero no ha sido lo único que ha puesto el foco sobre el estadounidense.
Caso omiso al protocolo
Y es que Trump ha sido una de las personas que ha optado por no seguir el protocolo dictado por el Vaticano y que marca unas directrices a seguir en el contexto del funeral del papa. Una de ellas es la que tiene que ver con la vestimenta de los asistentes a la misa y que indica que, por parte de los hombres, estos deben vestir frack o traje militar negro, corbata negra y una insignia del mismo color en la solapa de la izquierda.
Un protocolo que Trump se ha saltado este sábado al acudir al funeral del pontífice con un traje azul marino, una corbata de un tono azul más claro y ningún rastro de una insignia del mismo color, más allá de la chapa habitual que lleva con la bandera de Estados Unidos.
Por su parte, Melania sí ha seguido más estrictamente el protocolo, que indicaba que las mujeres debían llevar falda o vestido de luto, con manga larga y con una mantilla como único adorno permitido. Una vestimenta que sí podemos ver en la primera dama de Estados Unidos, que, vestida completamente de negro, ha llevado incluso esa mantilla sobre la cabeza.
