Los servicios de inteligencia alemanes califican a Alternativa para Alemania como organización "extremista" de ultraderecha

Berlín

Alternativa para Alemania (AfD), el segundo partido más votado en Alemania en las generales de febrero y principal partido de la oposición ya es oficialmente considerado de extrema derecha. Así lo ha anunciado la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, una de las agencias del servicio de inteligencia alemán, que lleva meses investigando hasta qué punto el partido atenta contra el orden democrático.

Ahora, afirman que las sospechas de que el partido realiza actividades contra el orden fundamental, libre y democrático, se han confirmado y, en gran medida, consolidado.

Mediante un informe de 1.100 páginas corroboran el carácter inconstitucional de Alternativa para Alemania debido a sus violaciones de la dignidad humana, el Estado de Derecho o los principios de la democracia germana.

"No es compatible con el orden democrático"

Según la Oficina para la Protección de la Constitución, "la comprensión étnica y basada en la ascendencia del pueblo" que prevalece en el partido "no es compatible con el orden básico democrático libre".

Por ejemplo, AfD no considera a los alemanes "con un historial de inmigración desde países musulmanes" como miembros iguales del pueblo alemán. Los principales políticos del partido también "agitan continuamente contra los refugiados y los inmigrantes".

"Se ha demostrado que AfD persigue atacar el orden básico libre y democrático y defiende un concepto étnico que discrimina a grupos enteros de población, tratando a los ciudadanos con un historial de inmigración como alemanes de segunda clase", ha asegurado en rueda de prensa la ministra del Interior en funciones, Nancy Faeser, lo que "contradice claramente la garantía de la dignidad humana del artículo 1 de la Ley Fundamental, y su actitud racista es particularmente evidente en sus declaraciones contra inmigrantes y musulmanes".

Faeser ha recordado que la Oficina Federal para la Protección de la Constitución "tiene un claro mandato legal para actuar contra el extremismo y proteger la democracia, y para ello trabaja de forma independiente".

Caso sospechoso

Hasta ahora, solo las agrupaciones regionales de Turingia, Sajonia y Sajonia Anhalt habían recibido esta consideración. En todo el país, AfD estaba clasificado y supervisado por los servicios secretos desde hace varios años como un "caso sospechoso" de extrema derecha.

Lo que permitía a los investigadores analizar sus finanzas y las actuaciones de sus integrantes. Ahora, además, podrán intensificar las medidas de vigilancia como reclutar informadores, pinchar teléfonos u acceder a todas las reuniones del partido.

Con sus 51.000 miembros, Alternativa para Alemania se ha desplazado cada vez más hacia postulados de extrema derecha. Desde la marcha de su antiguo líder, Jörg Meuthen, en 2022, otros políticos relativamente moderados también han abandonado la formación, de manera que se ha impuesto el bando más nacionalista y radical.

Es probable que ahora se acelere el debate político sobre una posible prohibición de AfD. El Parlamento (Bundestag), el Consejo Federal (Bundesrat) o el Gobierno federal pueden presentar una solicitud de prohibición ante el Tribunal Constitucional de Karlsruhe. Para muchos parlamentarios, la consideración como partido de ultraderecha es un requisito previo importante para considerar tal medida.

Solicitud de prohibición de AfD

Un centenar de diputados presentó el año pasado una solicitud al Parlamento para prohibir Alternativa por Alemania, instando así al Bundestag a tramitarla ante el Tribunal Constitucional antes de las elecciones, con la esperanza de excluir al partido de la cita electoral.

Sin embargo, no fue posible debido al adelanto de los comicios al pasado mes de febrero, en los que Alternativa por Alemania resultó el segundo partido más votado.

"Un procedimiento de prohibición de partidos tiene obstáculos constitucionales muy altos por buenas razones. No debe descartarse, pero debe seguir manejándose con mucho cuidado. En cualquier caso, no hay automatismo", indica Faeser.

En la misma línea, el canciller en funciones, Olaf Scholz, se ha mostrado cauteloso: "Creo que no se puede precipitar una ilegalización del partido".

Los conservadores, ganadores de los comicios, se habían comprometido en campaña a no gobernar con los extremistas, de modo que decidieron negociar la formación de un futuro gobierno con los socialdemócratas.

El próximo lunes se firmará el acuerdo de coalición y al día siguiente está prevista la elección como canciller de Friedrich Merz, el líder de los conservadores.

La respuesta de AfD

Los presidentes del partido Alice Weidel y Tino Chrupalla han descrito la situación como "un golpe a la democracia" y han restado credibilidad a la Oficina Federal para la Protección de la Constitución: "Al Gobierno federal le quedan sólo cuatro días y la Agencia de inteligencia ni siquiera tiene presidente". "Esta injerencia en los procesos de decisión democráticos se basa en cuestiones puramente políticas", añaden.

Mientras, el vicepresidente de la formación, Stephan Brandner, ha afirmado que el partido tiene previsto analizar la decisión durante la próxima semana con la vista puesta en la posible introducción de acciones legales.

Marco Rubio, secretario de estado estadounidense, apoya a AfD

El secretario de estado de Estados Unidos, Marco Rubio, ha expresado su opinión en redes sociales, en ellas apoya al partido ultra: "Eso no es democracia, es tiranía".

Además, se ha permitido atacar a las políticas de migración alemanas: "Lo verdaderamente extremista no es la popular AfD —que quedó en segundo lugar en las recientes elecciones— sino más bien las letales políticas de inmigración de fronteras abiertas del establishment a las que la AfD se opone", ha escrito. Finalmente ha pedido un "cambio de rumbo" para el país europeo.

Ante estas declaraciones, el Ministerio Federal de Asuntos Exteriores de Alemania ha contestado a Rubio en X defendiendo la decisión: "Esto es democracia. Esta decisión es el resultado de una investigación exhaustiva e independiente para proteger nuestra Constitución y el Estado de derecho. Son tribunales independientes los que tendrán la última palabra. Nuestra historia nos ha enseñado que hay que frenar el extremismo de derecha".