El perro más grande del mundo se junta por primera vez con el más pequeño
Ambas mascotas, con casi un metro de diferencia de altura, poseen un récord Guinness

Guinness World Records.

Reginald y Pearl no podrían ser más distintos en tamaño, pero eso no fue impedimento para que se convirtieran en nuevos amigos. El encuentro entre estos dos perros, reconocidos por el 'Guinness World Record' como el más alto y el más bajo del mundo, dejó claro que la amistad no entiende de proporciones.
Reginald, o Reggie como lo llama su familia, es un Gran Danés de siete años que vive en Idaho. Mide un metro, lo que lo convierte en el perro más alto del mundo. Pearl, en cambio, es una diminuta chihuahua de apenas 9,14 centímetros de altura, que reside en Florida y es la más pequeña del planeta.

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La diferencia de estatura entre ambos, casi un metro, no impidió que sus dueños organizaran una cita. El encuentro se celebró a principios de abril en la casa de los Johnson, familia de Reggie, para evitarle al gigantesco can el estrés de un viaje en avión.
Reggie no siempre fue un gigante. Cuando nació era el más pequeño de su camada y Sam, su dueño, se encariñó de inmediato. "Desde que lo adopté hasta que cumplió un año y medio, creció sin parar", recuerda.

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A pesar de su tamaño imponente, Sam asegura que Reggie tiene alma de cachorro. "Su nombre engaña, lo hace sonar más serio, pero en realidad es un gran bebé", explica. "Actúa como un niño pequeño. Es muy juguetón, muy expresivo. Siempre te hace saber lo que quiere".
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Vivir con un perro tan alto requiere adaptaciones. Su plato de comida está elevado a más de medio metro del suelo y bebe agua directamente del grifo. Incluso tiene su propio lavabo.
Pearl, por su parte, es una perrita de gran personalidad. "Es pequeña en tamaño, pero tiene una gran personalidad", afirma su dueña, Vanesa Semler. Tras enfrentar problemas de salud, su médico les sugirió adoptar una mascota, y Pearl llegó para llenar de alegría su hogar.
Vanesa se deshace en cuidados con Pearl: le pinta las uñas, la viste con ropa—a veces con gafas de sol o gorros— y asegura que la chihuahua elige su atuendo cada día. "Su armario es más grande que el mío", bromea. Y aunque no ladra mucho, se expresa con gruñiditos y ronquidos. "Es muy exigente y con carácter. Te dice lo que quiere".
Durante el encuentro, Reggie se mostró curioso y gentil, mientras Pearl corría sobre sus patas como si fueran cojines. "Me sorprendió que Pearl no tuviera miedo. Estaba entusiasmada", cuenta Vanesa. "Y él parecía no saber muy bien qué era esa cosita pequeña".
Ambos dueños compartieron risas y reflexiones sobre la vida con mascotas tan únicas. "Tienen más cosas en común de lo que parece", dijo Sam. "Dicen que solo los perros pequeños usan ropa, pero Reggie tiene varios suéteres".
El día terminó con juegos en el jardín y una amistad inesperada. "Fue realmente divertido", concluyó Vanesa. "Y ver cómo se quieren… fue hermoso".




