'La gata', una novela sobre la madurez, los celos y la pareja
Colette realiza en esta obra una crítica brutal a la clase social acomodada
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'La gata', una novela sobre la madurez, los celos y la pareja
Sidonie-Gabrielle Colette nació en 1873 y murió en 1954. Es una de las figuras más relevantes de la literatura francesa del siglo XX. Novelista, guionista, periodista, libretista, actriz y bailarina, alcanzó gran popularidad a partir de la publicación de su serie de novelas de Claudine, compuestas por 'Claudine en la escuela', 'Claudine en París', 'Claudine casada' y 'Claudine se va'. Es autora de una obra extensa entre las que destacamos 'Cheri', 'Gigi' y 'Dúo'. Fue miembro de la Academia Goncourt desde 1945, que llegó a presidir entre 1949 y 1954. Fue condecorada con la Legión de Honor.
'La gata' se publicó en 1933. Es una novela deliciosa sobre el paso de la juventud a la madurez, sobre el deseo, sobre los celos, sobre la pareja y es una crítica brutal a una clase social acomodada y consentida, escrita con sutileza y erotismo. Es divertida, emocionante y muy sorprendente.
Como señala Manuel Hidalgo en El Cultural, Colette escribió memorables páginas sobre las relaciones entre hombres y mujeres, generalmente burgueses, tocando diversos aspectos, siempre desde el espíritu liberal e, incluso, libertino que la caracterizó para escándalo y regocijo de la sociedad francesa de su tiempo, siendo bastante explícita en la exposición del erotismo y de los lances sexuales. Así sucede también en “La gata”, que narra los primeros meses del matrimonio entre dos bellos jóvenes de óptima familia, abocados a la crisis por un factor inesperado: la gata Saha, que desempeña una función como símbolo de cualquier barrera real que, de pronto, puede interponerse entre dos jóvenes mimados y consentidos, egoístas e inmaduros, enfrentados a una convivencia lejana a sus expectativas y a la vida muelle que han disfrutado en sus jardines ideales.
En 'La gata', Las magníficas descripciones, la aguda analítica social, la sobresaliente perspicacia psicológica y los ásperos comentarios con guante de seda habituales en Colette brillan tanto como los ojos de Saha. En el aspecto erótico, con pasajes muy considerables, llama la atención cómo Colette muestra a Alain: aunque admira la belleza de Camille y se siente atraído por ella, deriva hacia una indolencia en lo sexual, gata mediante, llegando al punto de considerar excesivos y rechazables el deseo y el apetito carnal que muestra hacia él su desinhibida esposa. Si un accidentado y desigual trío emocional formado por hombre, mujer y gata no es asunto frecuentado en las novelas, no deja de ser también menos explorada la preponderancia del deseo y del activismo sexual de la mujer respecto al hombre en el tálamo matrimonial.
Dice Goizeder Lamariano que Colette consigue en una novela corta pero muy intensa colocarnos en el centro de un trío muy peculiar lleno de pasión, de celos y de amor que nos habla del duro y difícil camino que hay que recorrer entre la infancia y la madurez. Pero “La gata” es mucho más que eso. También es una mordaz crítica de las convenciones de la burguesía y una alabanza de la independencia de las mujeres. La novela está escrita con un preciosismo típico de Colette, en el que cada palabra, cada descripción, cada sensación de los personajes, tiene importancia, y en la que podemos ver varios planos de la realidad: lo que piensan, lo que sienten, lo que dicen, y lo que ven, y la mayoría de las veces, todo eso está en la misma frase.




