La Fiscalía recurre la sentencia que absolvió a Dani Alves porque "recupera el postulado medieval del consentimiento"

Madrid

La Fiscalía del Tribunal Supremo ha presentado el recurso contra la absolución de Dani Alves de un delito de violación a una joven en una discoteca de Barcelona en diciembre de 2022. El Tribunal de Justicia de Catalunya entendió que el testimonio de la víctima incurría en contradicciones y no era suficiente para enervar el derecho a la presunción de inocencia.

Dice el recurso que la sentencia que absolvió a Dani Alves es "absolutamente arbitraria, irracional y extraordinariamente injusta para la víctima", según la Fiscalía que acusa al Tribunal de Justicia de Catalunya de "retroceder siglos en la valoración del consentimiento" para "recuperar el postulado medieval de que la mujer que consiente en embriagarse con un hombre consiente en todo cuando no es así, consiente solo en emborracharse. Por mucho que hubiesen existido bailes o tocamientos fugaces del acusado previos a dicho paso al reservado, atravesar el umbral de la puerta en modo alguno puede interpretarse como aceptar cualquier acto sexual".

Añade que "la voluntariedad en atravesar la puerta negra de la suite siguiendo al acusado, no puede racionalmente interpretarse como una aceptación voluntaria de cualquier práctica sexual que ocurriese dentro. Por haber atravesado ese umbral no pierde la víctima su credibilidad".

El fiscal defiende el testimonio de la víctima. "Era una joven agredida sexualmente que se sentía culpable de lo ocurrido. Bajo la presión de ese impacto emocional debemos contextualizar su declaración", sostiene el recurso que reprocha al tribunal catalán que "deducir de las imágenes, escudriñando el interior de la voluntad, que existía sintonía o complacencia, grado o gusto, es simplemente una conclusión irracional".

A juicio del Ministerio Público "el estado en que se hallaba la denunciante tras los hechos no viene explicado por ninguna otra razón que el haber sufrido la agresión sexual que relató". Y es que salió inmediatamente de la sala VIP, sin despedirse, rompió a llorar y contó lo sucedido a su prima. El personal de la discoteca se alerta, la atiende, le cura heridas, activa el protocolo y llama a los Mossos d’Esquadra. Ella acaba en un hospital para hacerse las pruebas de enfermedades de transmisión sexual.

Según el escrito, "las secuelas postraumáticas, los vídeos y grabaciones de la salida del autor despreocupándose de una víctima desconsolada, en la que no repara pese a verla ni un solo instante quien la había introducido en ese contexto sexual no deseado, nos hablan de violación".