Selecciona tu emisora

Ir a la emisora
PerfilDesconecta
Buscar noticias o podcast

Cristina Rivera Garza: "Nuestro mundo necesita mucha amistad para sobrevivir estos tiempos tan terribles que nos toca vivir ahora"

La ganadora del Pulitzer publica 'Terrestre', un libro de relatos donde el viaje y la amistad adquieren una gran capacidad revolucionaria

Annette Hornischer / American Academy in Berlin / Cristina Rivera Garza / 2023 01 27 / Annette Hornischer

Annette Hornischer / American Academy in Berlin / Cristina Rivera Garza / 2023 01 27

La popularidad de la escritora mexicana Cristina Rivera Garza cambió radicalmente cucando publicó El invencible verano de Liliana, una obra donde reconstruía la vida y la memoria de su hermana menor, que fue asesinada en 1990 por su ex novio de entonces. El libró ganó el Premio Pulitzer en la categoría de 'Memoria o Autobiografía', un hito inusual para una autora en español. Después de ese éxito, la escritora, que acaba de ser la pregonera de este Sant Jordi, ha decidido publicar una serie de relatos de ficción o, más bien, de no ficción especulativa, como ella los denomina, donde dar rienda suelta a la libertad de estilo y donde hablar de la capacidad revolucionara del viaje y de la amistad. Terrestre (Random House) puede ser leído como una especia de cara b de su anterior libro, marcado por el feminicidio y el realismo, donde la autora trata de indagar en qué hubiera pasado con las mujeres si no hubieran sido víctimas de violencia. Lo que une a estos relatos es que todos tienen protagonistas femeninas, que la amistad está muy presente y que la idea de peligro ondea todo el rato, además de los viajes a pie, por carretera, que implican un cambio en las protagonistas. Viajar es como leer un buen libro, dice la autora, pues nos cambia.

¿Cómo has vivido el éxito de El invencible verano de Liliana con ese Premio Pulitzer?

Por fortuna, uno sabe muy poco de lo que le va a pasar a un libro. Los libros siempre hacen lo que les da la gana. A mí me sorprende siempre cuando hay una una respuesta tan generosa del público lector. Ha sido una relación muy bonita la que se ha armado con lectores, sobre todo jóvenes. El Pulitzer, como sabes, no se ha dado muchísimas veces a autores latinas, menos mexicanos. Lo mejor es que se ha traído atención sobre un tema que me parece urgente, como es la violencia de género, la violencia contra las mujeres, el feminicidio. Un tema que, aunque no se le preste mucha atención en Estados Unidos, también es de una urgencia notable.

Publicas ahora Terrestre, una serie de cuentos sobre viajes, ¿por qué este cambio de registro?

De alguna manera, Terrestre, es la cara b de El invencible verano de Liliana. Aquí tenemos a jóvenes más o menos de la misma época que abordé en el anterior libro, pero estas son las chicas que no cayeron víctimas del feminicidio. Me interesaba saber qué pasó con ellas, dónde quedaron sus ansias de libertad, a qué se enfrentaron, cómo sobrevivieron. Así se fueron generando estas historias que yo llamo historias de ficción especulativa que conforman Terrestre.

¿En qué se traduce eso? ¿En utilizar a dos aves para contar una historia de peligro?

En que todas estas historias fueron escritas con gran libertad respecto al estilo. En El invencible verano de Liliana yo tuve que usar un lenguaje muy delicado, muy claro y hasta austero en muchos casos. Y aquí yo creo que hay una plasticidad y un arrojo, que me parecía fundamental. Las Pajarracas vinieron un poco idea de que vivimos como los animales, me ayudaron un poco precisamente para Para enfocar el peligro del camino desde una perspectiva ajena. Y también para para explorar estas estas capas de aire y el viento.

Precisamente es interesante ver cómo no solo el miedo puede centrar los relatos en torno a las mujeres

Para mí era muy importante el el ir observando como estos signos de peligro se van volviendo cada vez más visibles, más entendibles también, y cómo las reacciones y la preocupación van aumentando. Hay un momento, en una de las historias, donde se dice que la ventana de la libertad se va achicando. Me parece que conforme llegamos más a la etapa más contemporánea, pues esa ventana nos ha mostrado su cara más feroz y más cerrada. Creo que tenemos que tener siempre en mente esta gran capacidad de resistencia, de arrojo, de valentía, porque de otra manera no entenderíamos cómo se generó un movimiento feminista tan grande y tan importante para nuestros países, tan vital también que viene de la colaboración, del compañerismo, de la amistad.

¿Qué te interesaba de la idea del viaje?

En los viajes dejamos un poco la vida cotidiana, lo de todos los días que se nos se nos vuelve de repente invisible y nos volvemos de repente insensibles. Todo se vuelve intenso. En el viaje, hay descubrimientos que nos marcan la vida. Hay un regreso después a la realidad de la vida cotidiana que suele ser un bajón tremendo. Pero me interesa en este mundo de la amistad entre chicas que suelen suelen ser relaciones tan profundas que marcan vidas enteras, que duran vidas enteras también y que no necesariamente son historias, sexuales o eróticas, aunque incluyen el deseo por el mundo y la curiosidad. Esas amistades que se conservan, que se cultivan, que son lentas también, que se pierden y se recuperan con el tiempo. Me parece que nuestro mundo ahorita necesita mucha amistad para poder sobrevivir estos tiempos tan terribles que nos tocan vivir ahora.

¿Este es también un libro sobre la juventud?

Cuando somos jóvenes tenemos mucho tiempo, tenemos mucha prisa por descubrir qué es lo que viene, qué vamos a hacer y en qué nos estamos convirtiendo. Pero también hay mucho tiempo para considerar las preguntas fundamentales que a veces se nos olvidan; qué somos, qué venimos a hacer aquí. Son preguntas amplias. Son enormes. Marean a veces, pero son indispensables. Y qué maravilla que sean en estos momentos con cuando el cuerpo tiene todavía esta gran capacidad de resistencia y una vez más, de arrojo.

¿Cómo seleccionaste los destinos, porque aparece mucho México, pero también Irlanda del Norte?

Me interesaba sobre todo el viaje terrestre, la idea de la experiencia de lentitud que implica, el estar muy cerca de los caminos de tierra, ya sea en autoestop, en tren, en camión o autobús, en bicicleta. Esa idea de que nuestros pies están pegados al camino. Hay sitios de estos recorridos que ya no existen en México. Carreteras que han desaparecido después de huracanes u otros desastres naturales. La misma idea de viajar por carreta en México, se ha vuelto casi como una especie de sueño o alucinación imposible. Me interesaba un poco volver a tocar esas posibilidades, tal vez para reactivar las redes, para recordarnos y recordarle a una nueva generación que sí fue posible, que sí ha sido posible y que, tal vez, en el futuro vuelva a ser posible de nuevo.

Hay uno de los cuentos, donde ese estilo se basa en estar negando todo el rato cosas que no pasaron, ¿por qué?

Fíjate que pensé tantísimo en ese cuento. Detrás de esos noes lo que ronda es la violencia, de esas sociedades que callan estas experiencias de violencia de las mujeres y que, cuando las narran, lo hacen de manera tramposa, para acusar a ellas y exonerar a ellos. Era difícil poner esto en el lenguaje y me parecía que el no hacía una especie de énfasis. Al decir tantas veces “esto no pasó”, creo que se dice lo contrario, en esa idea de que dos negativos hacen un positivo. Ahí está el chiste del cuento.

¿El objetivo de todo viaje es cambiarnos, haceros despertar?

No sé si es el objetivo, pero es el resultado. Hay epifanías que no podemos tener, conocimientos a los que no nos podemos aproximar todos los días. Verdades que, muchas veces, resultan invisibles en la vida cotidiana y que el viaje, por ser algo extraordinario y por salirse de lo ordinario, nos lo regala de una manera mucho más clara y mucho más brillante. El viaje nos reta a ser otros. El viaje nos invita y también nos obliga. Y muchas veces tenemos que ser muy habilidosos. Tenemos que inventar soluciones a problemas que se nos presentan y que nunca sabemos cuáles van a ser, porque por eso uno está de viaje. No estoy hablando del turismo, sino de salir con gran curiosidad a este mundo que está lleno de enigmas y que por estos breves momentos podemos tocarlos, aproximarnos de una manera muy carnal. Es como un buen libro, que cuando lo terminamos somos otra persona, pues eso pasa con los viajes.

¿Hay muchas diferencias a la hora de escribir ficción y no ficción?

Sobre todo tiene que ver con la velocidad. Yo cuando estoy escribiendo una no ficción estoy rodeada físicamente de papeles y eso implica que no me puedo mover. Es muy sedentario en ese sentido. Y cuando estoy escribiendo relatos o proyectos que se centran en la ficción, a veces me asusta la velocidad con la que avanza no solo la escritura, sino también el movimiento propio mío. Aunque tendría que decir que estos relatos, para mí, no necesariamente son de ficción. Están muy apegados a a documentos, a memorias, a conversaciones y a datos que he tenido también que investigar. Por eso decía hace rato que que son más bien relatos de de no ficción especulativa, si es que existe eso.

Vives en Estados Unidos, das clase allí, ¿Cómo se enfrenta un momento tan difícil como mexicana y como profesora universitaria?

Un momento tan delicado y tan terrible. Yo doy clases en la Universidad de Houston, que es una universidad pública y que se ha visto, por supuesto, afectada de manera negativa por decisiones gubernamentales, que tienen que ver con presupuestos. Pero no solo eso, sino también lo que viene con con estos procesos regidos por el odio en contra de los inmigrantes. Nosotros somos una universidad donde muchos de nuestros estudiantes son los primeros en sus familias en acceder al nivel universitario. Muchos son migrantes. Lo que está viviendo una gran parte de nuestros estudiantes es no se lo desea nadie. Es un momento muy frágil, Y precisamente, yo creo que por eso lo lo Lo importante ahora es esta conexión. Hablaba hace rato de la amistad, de la amistad crítica, de la colaboración, del abrazo, que creo que es lo único que nos puede ayudar en contra este capitalismo del odio. Es un capitalismo desatado, que se rige por el odio no solo en sus maneras más abstractas, sino en todos los elementos de la vida cotidiana.

Pepa Blanes

Pepa Blanes

Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...

 

Directo

  • Cadena SER

  •  
Últimos programas

Estas escuchando

Hora 14
Crónica 24/7

1x24: Ser o no Ser

23/08/2024 - 01:38:13

Ir al podcast

Noticias en 3′

  •  
Noticias en 3′
Últimos programas

Otros episodios

Cualquier tiempo pasado fue anterior

Tu audio se ha acabado.
Te redirigiremos al directo.

5 "

Compartir