"Retuercen la verdad hasta distorsionarla por completo": así funcionan las campañas de la ultraderecha contra el Papa León XIV

Madrid

"La vendetta es parte del ADN de esta gente", alerta Pedro Salinas, uno de los periodistas peruanos que destapó el escándalo de abusos sexuales, físicos y psicológicos del Sodalicio de Vida Cristiana, fundado por Luis Antonio Figari en Perú en 1971. El Papa León XIV fue imprescindible para disolver el sodalicio y, desde entonces, comparte con Salinas el ser blanco de todo tipo de ataques y difamaciones.

"Retuercen la verdad como si se tratase de una pasta de dientes, hasta distorsionarla por completo", subraya el periodista que recuerda que el relato acabó presentando a Prevost como un "encubridor", cuando su papel fue precisamente el contrario. "Las campañas empiezan en las canteras del sodalicio y las continúan el conservadurismo más radical y eso, me temo, acaba de empezar", lamenta Salinas.

Ataques trumpistas

Cuando la ultraderecha estadounidense vio que Prevost era el nuevo Papa, empezó a atacarle. "En apenas dos horas", empezaron las críticas furibundas e infundadas, recuerda Massimo Faggioli, profesor de Teología en la Universidad Católica de Vilanova de Pensilvania. Aunque reconoce que el fenómeno no es nuevo, porque el Papa Francisco ya lo sufrió, le resulta "impresionante" que se pueda tachar de antiamericano y anticatólico a un papa estadounidense.

El origen de estos ataques está en un "catolicismo muy ideologizado entre los radicales estadounidenses" que ven un enemigo en cualquiera que se aleje del nacionalismo trumpista.

La crisis religiosa de Trump

Steve Bannon, uno de los referentes de la ultraderecha estadounidense, sembró esa animadversión cuando dijo que Prevost era el "tapado" en la carrera papal y que. por desgracia, era uno de los más progresistas. Aunque Bannon es clave, el teólogo italoamericano Faggioli alerta de que hay "un entramado online" que explica el "momento político" en el que se enmarcan estas campañas. Baste como ejemplo el caso de Laura Loomer, una ultra conspiranoica que dice que el Papa es un títere.

A pesar de que existe una constelación de lobbys que "tienen millones de dólares y que pueden permitirse viajar a Roma", según Faggioli, es la turba digital la que "puede provocar desastres". Descarta la opción de un cisma, porque la iglesia estadounidense y el Papa serán como una "pareja separada, pero que seguirá viviendo bajo el mismo techo". En otras palabras, "hay un cisma líquido".

Además, cuando Trump habla de "fake news" o "hechos alternativos", niega la existencia de una verdad y, por tanto, de forma indirecta desmonta el principio religioso de "creer en algo". Es una crisis religiosa encubierta.

Un Papa tuitero

Tanto Salinas como Faggioli coinciden en que el Papa que sabrá mantener "la calma", a pesar de la situación complicadísima que va a vivir. Este ataque de la ultraderecha puede extenderse a los católicos más reaccionarios de otros países, pero según Faggioli "León XIV no es un ingenuo, conoce las redes y es consciente de las amenazas modernas".