Un estudio desvela los alimentos que aumentan las probabilidades de presentar síntomas tempranos de Parkinson
Los expertos recomiendan una dieta equilibrada, basada en alimentos frescos y mínimamente procesados, en línea con el patrón mediterráneo
Una nueva investigación publicada en la revista científica 'Neurology' sugiere que el consumo elevado de alimentos ultraprocesados podría estar relacionado con un mayor riesgo de presentar síntomas tempranos de Párkinson, mucho antes del diagnóstico de la enfermedad. El estudio, liderado por científicos de Harvard y con más de 42.000 participantes, ha analizado durante 26 años los hábitos alimentarios en Estados Unidos.
Los investigadores observaron que las personas que consumían una media de 11 porciones diarias de alimentos ultraprocesados —como refrescos azucarados, snacks empaquetados, postres industriales o salsas con aditivos— tenían 2,5 veces más probabilidades de presentar al menos tres signos tempranos, en comparación con quienes solo ingerían tres porciones al día.
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Entre los síntomas detectados están la alteración del sueño, el estreñimiento, dolores corporales, problemas de visión de colores, somnolencia diurna, pérdida del olfato y signos de depresión. Estos indicios pueden aparecer entre 10 y 20 años antes del diagnóstico clínico de párkinson.
Los productos que mostraron una asociación más fuerte con estos síntomas fueron los refrescos azucarados y los dulces industriales. En menor medida, también influyeron los aperitivos salados y los productos lácteos azucarados.
Aunque los resultados no prueban que los alimentos ultraprocesados causen directamente Párkinson, los expertos destacan que su consumo podría acelerar procesos neurodegenerativos ya en marcha. "Este estudio refuerza la necesidad de limitar el consumo de ultraprocesados, no solo por su vínculo con enfermedades metabólicas, sino también por su posible impacto en la salud mental y neurológica", afirma Maira Bes-Rastrollo, profesora de Medicina Preventiva en la Universidad de Navarra.
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Sin embargo, otros científicos advierten sobre la interpretación de estos hallazgos. Eef Hogervorst, profesora de Psicología en la Universidad de Loughborough (Reino Unido), señala que muchos de los síntomas identificados —como el estreñimiento o los dolores corporales— también son comunes en el envejecimiento y no necesariamente indican Párkinson. Además, recuerda que algunos productos clasificados como "no ultraprocesados" en el estudio, como ciertos tipos de carne o postres caseros, pueden seguir siendo poco saludables.
Daniel van Wamelen, neurólogo del King’s College de Londres, coincide en que el estudio es robusto, pero subraya que no se ha confirmado si los participantes desarrollaron Párkinson posteriormente. "Los síntomas analizados son señales de alerta, no diagnósticos", explica.
En todo caso, los autores del estudio insisten en que la prevención de enfermedades neurodegenerativas podría comenzar en la mesa. Una dieta equilibrada, basada en alimentos frescos y mínimamente procesados —como frutas, verduras, legumbres, pescado y aceite de oliva, en línea con el patrón mediterráneo— sigue siendo la mejor apuesta para la salud del cerebro a largo plazo.
