Millás habla sobre lo que ocurrió en una de sus últimas entrevistas y se acuerda de Freud: "Me provocó un malestar terrible"

Juan José Millás acaba de publicar un nuevo libro, Ese imbécil va a escribir una novela (Alfaguara), en una historia que repasa la vida de un periodista, que casualmente responde al mismo nombre que el del escritor, que se encuentra en la búsqueda del que posiblemente sea su último reportaje. Como suele ser habitual cuando un escritor saca una nueva novela, con la publicación viene la promoción. En el caso de Millás tiene lugar en una suite del Hotel Suecia de Madrid, por donde pasan más de una veintena de periodistas para conocer las intimidades de la novela a lo largo de tres días.

Hablar de su libro y responder preguntas cada media hora es un proceso tedioso para Juan José Millás, que, además, reconoce, no se le da muy bien analizar y opinar sobre su propio trabajo. "El problema es que, sobre todo con las primeras, es que tú todavía no tienes ninguna opinión sobre el libro que has escrito. Lo he escrito, pero no tengo discurso sobre el libro", explicaba. La falta de opinión a veces le provoca contestar con monosílabos, afirmando que gran parte de su escritura la hace de manera inconsciente.

Esto provoca que, a medida que avanzan las entrevistas, el escritor se va soltando, también gracias a las preguntas de los periodistas que se han leído la novela, y le ayudan a reconectar con su trabajo. Sin embargo, muchas de las preguntas van ligadas a la actualidad o la propia persona del entrevistado, más allá de su trabajo. Y esto le ha recordado a Millás una entrevista de la que salió un poco descolocado.

En una entrevista con Radio Televisión Española, la periodista le mostró un video suyo de archivo con 31 años, en una entrevista en el programa Encuentro con las Artes y las Letras. "Me provocó un malestar tremendo, este que te provocan las cosas que son simultáneamente muy familiares y muy ajenas", decía, recordando que esto es lo que Freud define como "lo siniestro". Millás se veía muy joven, muerto de miedo y tratando de decir cosas "de una altura intelectual enorme".

Ver esas imágenes suyas le ha recordado que, por esas fechas, coincidió con el escritor Antonio Gala, que por entonces ya era muy experimentado, en un programa de televisión. Gala debió notar que Millás estaba nervioso y le dio un consejo, que a día de hoy, considera que fue muy valioso. "Me dijo: "oye, que te veo nervioso" y yo le dije "pues sí". El dice: "no estés nervioso porque en televisión no importa lo que digas, lo que importa es que estés guapo y tú estás guapo"".