Trump, mucho ruido y pocas nueces

Madrid

Donald Trump se retracta. Casi enteramente. Con China. Es un desarme mutuo, pero que empieza en Washington. Rebaja sus aranceles (impuestos a la exportación) a los chinos desde la locura del 145% a un 30%, que es un nivel todavía alto, pero ya no del todo impracticable para el comercio. A cambio, China también rebaja su 125% al 10%.

Esta marcha atrás es temporal, por 90 días, como con los demás países. Pero toda tregua tiende a eternizarse, veremos.

Y demuestra varias cosas. Demuestra que las distintas tácticas de los afectados por Trump, o más negociación o más dureza en la respuesta, acaban de momento en el mismo lugar. China consigue casi todo lo que quería, que era empezar la negociación desde cero aranceles; pero no todo. EEUU logra aparecer como el que impone medidas. Pero no todas. Esto parece cercano a un empate.

El resultado también demuestra que las locuras del magnate tienen freno. Y que la élite norteamericana es muy sensible a las proyecciones de un comercio mundial alicaído, que le reduzca severamente su capacidad de hacer negocios.

Por ahora, Trump solo ha logrado en casi cuatro meses un acuerdo con Reino Unido, que es bastante ambiguo.

O sea, mucho ruido, muchísimo ruido, demasiado ruido. Pero pocas nueces.