El último consejo de Pepe Mujica a los jóvenes en la SER: "Que amen la vida"

El expresidente de Uruguay, Pepe Mujica, ha sido uno de los líderes más importantes de la historia de la izquierda latinoamericana. El referente político concedió una entrevista a la corresponsal de la SER en Argentina, Berta Reventós, en el pasado mes de diciembre, cuando ya había manifestado que le dejaran "morir tranquilo" tras el cáncer de esófago que le diagnosticaron y que le ha causado finalmente la muerte a los 89 años.

Mujica recibió a la SER en su chacra a las afueras de Montevideo poco días después de que la coalición de izquierdas donde entonces militaba, el Frente Amplio, ganara las elecciones presidenciales de Uruguay con el candidato Yamadú Orsi.

El expresidente era todo un referente de la izquierda mundial por sus políticas sociales y su estilo de vida humilde cercano al pueblo. En su última entrevista a la SER, Reventós le preguntó si le podía dejar un consejo final a los jóvenes que estaban desencantados por la vida, a lo que Mujica dejó una reflexión que pone los pelos de punta a todo aquel que la escuche.

"Que amen la vida", es la reacción instantánea del uruguayo, que considera haber nacido una verdadera aventura y "el único milagro que hay en el mundo para cada uno de nosotros". "Como la vida es algo cotidiano, en el fondo no le damos el valor que tiene, entonces tenemos que priorizar el sentido de la vida, aferrarnos, querer la vida y cultivarla, vivir la vida al tope. Gastar nuestra juventud en la construcción de esperanza y de sueños, vivir afirmativamente, no negativamente, no hay que vivir para odiar y sembrar el odio", respondía lúcidamente Mujica en la entrevista.

"Hay que vivir para tratar de construir esperanza. Lo que vamos a lograr va a ser poco comparado con lo que esperamos, pero qué sentido tiene la vida si no tenemos un poco de sueño y esperanza. Hay que darle causa al milagro de haber nacido, había 40 millones de posibilidades de que naciera otro y te toco a ti, si eso no es milagro", indicaba Mujica entonces, que remarcaba que había tenido una vida muy complicada y que por eso reafirmaba que la vida era hermosa y merecía la pena vivirla.