Me gusta todo de ti, pero tú no

Madrid

El pasado fin de semana hubo, entre otras, dos concentraciones en Madrid: una, en protesta contra el genocidio en Gaza; la otra, a favor de Europa como espacio de convivencia en un mundo polarizado.

La primera tuvo bastantes más manifestantes que la segunda. Aunque los públicos eran objetivamente parecidos, los defensores de Palestina tenían muy en cuenta que Europa se ha desacreditado al mostrar a la vista de todos que la vida de los palestinos no le importa. Pocos la creerán cuando hable en el futuro de los derechos humanos.

Por otra parte, en el seno de Europa se está desvelando un nuevo tipo de enemigo interior: aquellos que no quieren abandonar la Unión ni Bruselas, sino ocuparla y transformarla en un centro de coordinación tan solo, que respete la soberanía de los países miembros. El húngaro Orbán es su máximo representante. Arrebatarle su alma al continente.

Joan Manuel Serrat escribió una preciosa canción que dice: “Me gusta todo de ti, pero tu no”. Aunque se refiere a relaciones personales, uno se acuerda de ella pensando en Europa y dándole la vuelta: me gusta Europa, amo a Europa, pero no algunas de sus políticas, ausencias y silencios atronadores. Por ejemplo, el de Gaza.

Eso sentían muchos manifestantes del fin de semana.