"Hemos cedido la privacidad a cambio de comodidad": una experta advierte sobre el peligro que corre nuestra intimidad digital
La periodista especializada en tecnología, Delia Rodríguez, a raíz de la filtración de los 'whatsapps' entre Pedro Sánchez y José Luis Ábalos, ha explicado cómo podemos gestionar la intimidad de nuestras conversaciones 'online'

La Ventana a las 16h | Cómo gestionar nuestra intimidad digital
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Madrid
La filtración de mensajes de WhatsApp entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el exministro de Transporte, José Luis Ábalos, ha generado un debate ético y filosófico acerca de la privacidad de nuestras interacciones en redes sociales. Como ciudadanos digitales, hemos fiado gran parte de la comunicación interpersonal a grandes plataformas y conglomerados que mercadean con nuestros datos. Sin embargo, incluso la otra persona con la que nos mensajeamos podría filtrar la conversación que queda negro sobre blanco a diferencia de las conversaciones cara a cara.

Delia Rodríguez, periodista especializada en tecnología, escribió ayer una columna publicada en El País, titulada Lo que decimos en el móvil. En ella, reflexiona sobre el estado actual de estas telecomunicaciones. «En este tiempo ha ocurrido una transacción: comodidad a cambio de privacidad. ¿Mensajes inmediatos y gratuitos con todas las personas que queramos, incluso en grupo? Firmemos donde sea. La idea del capitalismo de vigilancia ya dejó claro que nuestros datos son el gran negocio», se pregunta en la columna Rodríguez.
En La Ventana, la periodista ha subrayado que, aunque llevamos décadas siendo advertidos sobre la fragilidad de nuestra privacidad, seguimos comportándonos como si nuestros móviles no fueran un peligro comunicativo. Basta un simple descuido —ni siquiera un fallo de seguridad— para que nuestras conversaciones privadas se conviertan en escándalo público. "Es clave que esté escrito. Son comunicaciones informales con nuestros amigos, y está marcada por todos esos inconvenientes. Lo tiene una copia de seguridad un móvil viejo en un cajón... La posibilidad de errores humanos, de seguridad, hackeos, todo eso se multiplica", ha explicado.
Hemos renunciado a preservar nuestros datos. Esta es una realidad que puede comprobarse cada vez que abrimos una web y cedemos nuestras cookies, así como contratos que firmamos con todas las plataformas digitales en las que, en la letra pequeña, otorgamos nuestra información a cambio de obtener el derecho de uso de dicho espacio. "La sociedad ahora es más dada a que alguien cuente su intimidad y su rostro en Internet, pero también nos han obligado. El sistema del capitalismo de vigilancia. Toda la IA está construida y alimentada de nuestros datos y conversaciones. Como usuarios, tenemos un papel, pero hasta cierto punto", ha dicho la experta en tecnología.
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Rodríguez, que fue directora de Comunicación Digital en La Moncloa, reconoce que incluso en entornos políticos puede existir una sorprendente falta de conciencia sobre estos riesgos. "Si había conciencia a ciertos niveles. Hay sistemas de seguridad, pero esa comodidad nos puede a todos. A veces los errores no tiene por qué venir de arriba, puede ser el eslabón más débil. Es un problema en todas la organizaciones", ha asegurado sobre si la política es un entorno más o menos vulnerable a estas 'brechas' de seguridad comunicativa.
Como ciudadanos estamos protegidos pero hasta cierto punto. Como en la mayoría de avances tecnológicos, la legislación siempre va un paso por detrás de las aplicaciones reales. "Es nuevo porque ha pasado a ser la comunicación por defecto, pero como ciudadanos hay unas bases y unas leyes. El problema es que hemos hecho el pacto de la comodidad en el que hemos cedido. Los días que se cae Whatsapp la productividad se va al carajo, por ejemplo", ha finalizado Rodríguez.

Álvaro García-Dotor
Periodista cultural. Redactor en La Ventana.