Millás se abre en canal sobre la inseguridad que siente al escribir novelas: "Se hace desde ahí"

Madrid

Juan José Millás acaba de estrenar su último libro: Ese imbécil va a escribir una novela, el que es ya el título número 363 de toda una trayectoria como escritor. Pese a ello, el madrileño ha confesado en A vivir que son dos días que sigue teniendo la misma inseguridad que hace años a la hora de enfrentarse al difícil reto de escribir una novela. Aseguraba que aquellos que tienen una autoestima tan elevada como para creer firmemente que todo lo que hacen es bueno no le parecen un ejemplo positivo para un escritor.

“El escritor trabaja precisamente desde la incertidumbre, desde la inseguridad y desde la extrañeza”, sostenía Millás, quien incidía en que tener estos sentimientos al escribir una novela es completamente normal y necesario, ya que desde la seguridad lo único posible es hacer textos como, por ejemplo, el Código Penal.

“La inseguridad está en el origen y es necesaria para escribir. Y ya no es que sea necesaria, es que se escribe desde ahí, porque si tú estás absolutamente de acuerdo con el mundo, con todo a tu alrededor, ¿para qué vas a escribir?”, se preguntaba Millás. A su vez, explicaba la importancia de no estar seguro de nada para que la creatividad aflore y permita confeccionar ciertos textos.

“Cada vez que nos ponemos a escribir intentamos dar el salto mortal… y luego igual, pero sin red”, explicaba Millás sobre el afán de superación del escritor. “Esa es nuestra intención. Por eso, a veces, se hacen afirmaciones que parecen tan retóricas en el mundo de la escritura, como decir: ‘Yo en este libro me he jugado la vida’. Son retóricas, pero tienen un fondo de verdad”, relataba el autor.

"Una desproporción enorme entre el esfuerzo y lo que recibes"

El escritor ha confesado que, en su propia experiencia, cuando se enfrenta a la tarea de escribir un libro, “uno se juega la identidad en un trabajo que nadie le manda hacer”. Millás ponía como ejemplo otro tipo de trabajos del escritor, como hacer artículos para determinados medios: estos —aseguraba— tienen una fecha de entrega que no puedes cambiar, o al menos no depende de ti, algo muy diferente en el caso de las novelas, en las que la autogestión del tiempo cobra mucha más importancia.

“Una novela no te la manda hacer nadie. Te va a llevar entre dos y cuatro años, y una vez que salga —si es que sale, porque hay muchas novelas que se quedan en el cajón— no te va a devolver, por lo general, ni el 10 % de lo que tú has dado. Porque hay una desproporción enorme entre el esfuerzo y lo que recibes”, sentenciaba Millás, que señalaba que el hecho de ser escritor es propio de un "masoquista".