Una psicóloga experta en redes sociales advierte: "Si te haces muchas fotos en el gimnasio, tienes un problema que no quieres ver"
La psicóloga Amaya Terrón explica los efectos negativos de la exposición constante en nuestra autoestima y en la convivencia

Una psicóloga experta en redes sociales advierte: "Nos hemos acostumbrado a hacer mucho ruido para no escuchar lo que ocurre dentro de nosotros"
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Madrid
Las redes sociales han cambiado las pautas sociales. Hoy en día, resulta casi imposible acudir a un evento o realizar una actividad sin encontrar a alguien grabándose con el móvil. En conciertos, restaurantes e incluso en el gimnasio, las cámaras de los teléfonos están siempre presentes. Esta conducta no es más que el reflejo de la creciente necesidad de exhibición y validación social, donde incluso el entrenamiento físico se convierte en una oportunidad para construir una imagen pública.
"Hay personas que se graban por un tema motivacional y otras que simplemente se lucen y alimentan su ego. Depende de quién lo haga y por qué lo haga se puede considerar un uso patológico o un uso normalizado". Amaya Terrón es psicóloga clínica, experta en redes sociales, y ha compartido su reflexión al respecto este viernes en La Ventana.
El problema es que este tipo de comportamientos tiene un precio, chocan con lo colectivo e irrumpen en la privacidad del resto. "Deberíamos volver al origen, hacer una reformulación. Si simplemente tiramos del respeto hacia el otro, nos basamos en la empatía, este problema tiene fácil solución", ha manifestado Terrón.
Además, esta necesidad constante de recibir un refuerzo positivo externo refleja en muchos casos inseguridad y la existencia de un problema. "Es la muestra de la carencia de algo interno, cuando construimos nuestro ego cimentado en la opinión ajena, a fin de cuentas lo que estamos haciendo es destruir nuestra propia autoestima. A todos nos gusta que nos digan que estamos guapos, pero cuando comienzas a depender de esos refuerzos aparecen los problemas".
Esto puede tener consecuencias cuando se produce en la adolescencia o en edades más tempranas. "Cuando aún no tienes una identidad sólida creada es mucho más sencillo desarrollar esta dependencia de la opinión externa que cuando sí la tienes", ha explicado la psicóloga.
Esta necesidad de hacer constantemente contenido de todo nace a su vez de la necesidad de sentirte productivo las 24 horas del día y de ponerlo en conocimiento del resto del mundo. "Esto está relacionado con el sentimiento de recompensa y la apariencia de estar siempre haciendo algo. En ocasiones cuando tenemos mucha actividad es porque queremos dormir un mensaje interno, estamos muy acostumbrados a hacer mucho ruido de cara al exterior para no tener que escuchar lo que está ocurriendo dentro de nosotros", ha finalizado Amaya Terrón.

Alba Villanueva
Estudiante de periodismo en la Universidad Complutense de Madrid. Antes en Radio León.




