Mar España: "La privacidad es como la salud, no la valoramos hasta que la perdemos"
La exdirectora de la Agencia Española de Protección de Datos
Privacidad y salud
Madrid
Mar España, exdirectora de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), asegura que durante su etapa en el cargo, las reclamaciones de los menores fueron un punto de especial interés para ella. Jamás se habría imaginado que una adolescente les contactaría para agradecerles su actuación ante un contenido sexual que había sido difundido sin su consentimiento. La exdirectora señala que en los últimos 10 años, el impacto de las redes sociales y la digitalización precoz de la infancia han fomentado conductas que "no son propias de una infancia sana".
Para los más jóvenes, que han nacido en pleno auge de internet, la privacidad tiene un significado diferente. Es posible que, debido a la digitalización masiva, estos jóvenes no tengan la percepción del riesgo. A esta problemática se suma que, hasta los 25 o 30 años, el cerebro no termina de desarrollarse, lo que les hace especialmente vulnerables. La Asociación Española de Pediatría ha recomendado cero consumo de pantallas hasta los seis años, incluyendo televisiones.
De la misma forma que ninguna familia daría alcohol, tabaco o drogas a sus hijos, Mar España afirma que deberíamos "dar el salto en conciencia social" sobre el entorno digital. Además, pide que se empiece a concienciar desde las consultas de pediatría sobre el daño que está produciendo en la salud física y mental, así como en el neurodesarrollo.
Los expertos coinciden también en elevar la edad mínima de acceso a las redes sociales hasta los 16 años. Durante la adolescencia se construyen la personalidad, los valores y la empatía. La exdirectora recomienda acompañar a los menores en su introducción a internet y bajo ningún concepto dejar barra libre en cuanto a horas de uso.
Por otra parte, la exdirectora señala los patrones adictivos como principal forma de sometimiento de una sociedad. Una vez las empresas conocen lo que consumimos y con quién nos relacionamos, tienen la capacidad de mandar publicidad segmentada y captar la atención involuntaria. No nos podemos sorprender ante noticias como que uno de cada cinco adolescentes han consumido hipnosedantes. Mar España afirma que "estamos más conectados pero cada vez tenemos unos índices de ansiedad más altos".
Toda la industria de internet tiene expertos en neuromarketing, que utilizan el mecanismo de la recompensa para mantenernos conectados. Cada vez que recibimos likes y mensajes nuestra dopamina se eleva, pero también necesitamos más contenido para obtener la misma satisfacción de recompensa. Si además se utiliza el scroll infinito, que nos muestra lo que nos gusta, no somos capaces de parar.
En 2009, Richard Davidson realizó un estudio para medir los cerebros de personas meditadoras. Matthieu Ricard, un monje budista, salió como el hombre más feliz porque tenía el área de la empatía en el cerebro más desarrollada. La receta de la felicidad: momentos de pausa y conexión interior.