Inés Hernand, sobre Eurovisión: "El mensaje de RTVE del sábado fue un agujero luz y de decir 'en mi nombre no'"

Madrid

Hace dos días se celebró el festival de Eurovisión en Basilea, Suiza. El evento no deportivo más visto del mundo. Y nuestra representante Melody, quedó en antepenúltimo puesto. Habrás escuchado o visto que se ha liado bastante por la posición de RTVE en relación a la participación de Israel, te daré mis impresiones pero permíteme antes un breve contexto: El evento tuvo su origen en 1956, cuando la Unión Europea de Radiodifusión buscaba fortalecer los lazos entre los países del continente tras la Segunda Guerra Mundial. Su propósito era promover la paz y la unidad, creando un espacio común para el intercambio cultural. Con el paso de los años, se ampliaron las normas para que pudieran participar países que estuvieran fuera de la Unión Europea, como Australia, Rusia, Israel o Armenia entre otros, gracias a su afiliación a la Unión Europea de Radiodifusión, recordemos, los productores del concurso. Es decir, gracias a pagar, para que vayamos entendiendo por dónde va la cosa.

Eurovisión es oficialmente un festival apolítico, como España aconfesional, pero ahí nos tienes, financiando con dinero público a los colegios concertados religiosos, y de igual forma, ha ocurrido históricamente en el Festival: Por ejemplo, Grecia se retiró en protesta por la participación de Turquía después de la invasión turca de Chipre en el 1975, Ucrania ganó con la canción que aludía a la deportación de tártaros de Crimea por Stalin en el año 2016 o sin ir más lejos, esos rumores en relación a que Franco presionó en el año 1968 a jurados para que Massiel ganase y mejorar la imagen internacional de la dictadura de nuestro país.

Ahora, en la era de la digitalización en la que todos podemos opinar con un dispositivo móvil, vemos a personas e incluso, partidos políticos, por supuesto también financiados con dinero público, llevándose las manos a la cabeza porque RTVE se haya posicionado firmemente en favor de los principios de la dignidad humana. RTVE decía en un comunicado a instantes de arrancar el festival y tras un apercibimiento a los comentaristas Julia Varela y Tony Aguilar días antes, que frente a los derechos humanos, el silencio no es una opción. Paz y justicia para Palestina. Pues oye, gracias, porque, efectivamente, a lo mejor no entendemos mucho de derecho internacional, pero la sensación de tolerar al estado de Israel absolutamente todo en todos los espacios con esa forma tiránica de operar en la que no hay espacio para el debate y en el que cualquier acercamiento se responde de una forma autoritaria, opresiva y en contra de los derechos y libertades que tanto nos están costando sostener, pues honestamente, ya está bien.

El mensaje del sábado fue un agujero luz y un decir “en mi nombre no”, un ejercicio en el que dejamos de deshumanizar lo que está pasando al otro lado del mundo, porque recordemos que el estado de Israel ha asesinado a más de 51.000 palestinos, hay casi 2 millones de desplazados y, hoy por hoy, hay 345.000 personas en Gaza que se encuentran en la fase 5 de hambruna, que supone la inanición total, todo esto en los últimos dos años. Que tengamos el privilegio de haber nacido conociendo la seguridad, la calefacción, el agua corriente o la comida, es una cuestión de absoluto azar. Toda palabra y todo mensaje es lo mínimo que podemos hacer para frenar la violencia. No aspiramos a un mundo de crueldad desproporcionada, no queremos impunidad ante la destrucción masiva. Gracias especialmente si no eres de los necios que te parecían bien los minutos de silencio en partidos de fútbol por Ucrania pero apoyar al pueblo Palestino te parece terrorismo, porque significará que eres cabal y que para ti, cada vida cuenta.

España, por otro lado, también se indignó ante lo que pareció un castigo o más bien un manejo extraño de la votación del público atendiendo a los datos y popularidad que acumulaba nuestra Melody de facto en los canales oficiales. Entiendo perfectamente que después de casi 4 meses promocionando 3 minutos de canción que, por cierto, tenemos todos instalada en el hipotálamo, Melody quiera abrazar a su hijo, descansar y transitar una sensación de injusticia, porque la realidad, es que su posición ha sido arbitraria, pero ¿Cuándo no lo ha sido en Eurovisión? Dijo Remedios Amaya que: no hay fracaso, porque ya te conocen en el mundo entero. Y eso es así, Melody. Tu helicóptero ha dado la vuelta al mundo y nos sentimos representados contigo: con una puesta en escena que cambia 3 veces de vestuario, 7 veces de coreografía, todas esas piruetas y luces hipnóticas… de verdad, es la metáfora de la vida de cualquier español medio por la supervivencia.

Yo creo que todos nos identificamos con haber hecho las cosas con dignidad, con cariño y con haberte ganado el respeto de la gente. En esta era extraña en la que estamos en la batalla por la atención, que sepas que te la has llevado toda Melody. Ahora, descansa, disfruta y a seguir bailando. Y al resto, pues que entendamos que Eurovisión es un poco un paralelismo con todas las realidades, que el dinero manda, y que aunque España lleve 50 años sin ganar, ya ha ganado en integridad, que con los tiempos que corren, es mucho. Íbamos a salir mejores pero, de hecho, lo hicimos de nuevo.