"Es la persona viva que más risa me hace en el mundo": Berto Romero desvela quién es su cómico favorito

Madrid

Berto Romero está de vuelta con la segunda temporada de El consultorio de Berto, un programa que mezcla humor, improvisación y filosofía cotidiana, a su más puro estilo de humor desenfadado. Cada lunes a las 22:00 en Movistar Plus, el Teatro Gaudí de Barcelona se convierte en el escenario donde público, invitados y el propio Berto se sumergen en un consultorio lleno de recetas cómicas de difícil prescripción.

El origen del formato se remonta a sus intervenciones en el exitoso y ya extinto Late Motiv, y se afianzó con la famosa urna del Nadie sabe nada. Ahora, con cinco de los ocho episodios de esta nueva temporada ya emitidos, El consultorio de Berto ha evolucionado hacia un enfoque más coral. A Berto le acompañan figuras del humor como Andreu Buenafuente, Eva Soriano, Thais Villas o Raúl Cimas, así como su inseparable Andrés Fajngold, que en esta edición cuenta con una ayudante: la cómica Clara Ingold.

"El Consultorio ha sido iluminador en cierto modo. En la primera temporada acabé relativamente contento. Me salió de nuevo ese fondo mío de currar mucho y entré en una espiral de excesivo trabajo. Ensayaba antes con público y cuando el material llegó, parecía muerto, memorizado. En esta segunda hemos hecho un ejercicio bonito de preparar igual, pero también me dejo llevar y lo primero que se me ocurre lo meto y me dejo llevar. Creo que la mezcla ha funcionado". ha comentado Berto en La Ventana.

Uno de los temas que más interés ha despertado en esta temporada es el papel de la nostalgia en el humor. A sus 50 años —pronto 51— Berto confiesa tener una obsesión por mantenerse actualizado. "La comedia es lo que más rápido se desactualiza. Envejece mal. Revisar cualquier comedia siempre es un poco dramático. A los cómicos y cómicas nos ocurre: gente que ha dejado de conectar con su momento", ha dicho el cómico.

Romero ha desarrollado la teoría sobre la comedia de que los chistes son siempre los mismos. Esto es, que la originalidad del cómico está más bien en el cómo que en el qué. "Lo único que te queda es actualizar tu punto de vista. Tu edad, tu estado civil... Los cincuenta es la adolescencia de la vejez. Hay cambios físicos y hormonales, nos cambia la voz, el aspecto, estamos irascibles", ha explicado.

El cómico ha contado que sus comienzos en el escenario no fueron haciendo comedia, sino, atención, cantando. Un elemento que ha mantenido y combinado a lo largo de su extensa carrera. "Empecé cantando en mi pueblo, Cardona, que tiene una gran tradición de músicos. Cuando me subí por primera vez a un escenario, hacía versiones con mis amigos. En las presentaciones de las canciones me iba alargando cada vez más. Me divertía más presentándolas que cantándolas. Es verdad que cada vez canto menos. Pero por ejemplo, la canción Eclipse de Beth, de Operación Triunfo, la compuse yo. Ese A. Romero que aparece como compositor soy yo", ha confesado.

Además, incidiendo en su estilo de humor, que con el Nadie Sabe Nada se orientó a la pura improvisación con Andreu Buenafuente, ha explicado que le crea mucha disonancia que le consideren un gran improvisador porque, dice, prefiere los guiones rigidísimos. "Empecé en la radio haciendo guiones de los que no me podía salir. Imitábamos a Ortega. En Radio Nacional hablábamos con nuestras voces modificadas y no nos saltábamos una coma. Cuando empecé a currar con Andreu Buenafuente, yo leía todo en la pantalla y él, a la que me veía leyendo, me ponía un palo en las ruedas y me sacaba. Me ponía muy nervioso, y eso lo hacía más gracioso. Si no hubiera conocido a Andreu, sería un cómico más inflexible de lo que soy", ha dicho Berto.

También ha confesado quién es el cómico que más le hace reir: Raúl Cimas. "Es la persona viva que más risa me hace en el mundo. Es increíble. Es un sádico, además. Cuando se da cuenta de que te está haciendo gracia, quiere hacerte morir de risa", ha contado. "La primera vez que conocí a Raúl, estaba con mi mujer en un festival de comedia de El Terrat. me presenté y, tras diez minutos hablando, mi mujer se fue, Raúl se me queda mirando muy serio y me dice: «pues suerte que se ha ido, menuda pesada esta»", ha relatado Romero entre risas.