Una campeona paralímpica de Tokio, suspendida de por vida por competir con visión óptima ante deportistas con discapacidad visual

Tokio 2020 todavía tenía deparada una sorpresa que pocos vieron venir. Ni siquiera Shahana Hajijeva, quien se coronó campeona paralímpica en la categoría de -48kg entre deportistas con discapacidad visual. Y eso que su caso se ha convertido en uno de los escándalos más rocambolescos de la competición después de que se haya constatado que la azerí no padece problema alguno de visión.

Hajiyeva, quien se colgó el oro en Tokio hace apenas cuatro años, ha protagonizado un caso que ha sonrojado al mundo del deporte. A sus 24 años, volvía a postularse como una de las grandes bazas del cuadro de discapacitadas visuales que apuntaban al título en los Mundiales de Judo que se celebran este mes de junio en Hungría cuando su gran mentira quedó al descubierto. Las pruebas médicas previas a la competición desmontaron la farsa que había extendido durante toda su carrera y que ha dinamitado el mundo del deporte.

El diagnóstico de la organización de los Mundiales fue clara en su diagnóstico: la visión de Hajiyeva era óptima. La primera consecuencia inmediata no pudo ser otra que su exclusión del planning, un primer paso hasta el veto de por vida que han anunciado al unísono las instituciones.

De nada han servido las excusas con las que reaccionó el Comité Olímpico de Azerbaiyán, que en un primer instante trató de atenerse a un cambio en la legislación sobre los cortes que determinan cada nivel de discapacidad. Nada más lejos de la realidad, las pruebas han conseguido que las posturas en su defensa resulten insostenibles. Las instituciones paralímpicas han sido tajantes ante semejante vergüenza y Hajiyeva se quedará sin títulos pasados y una suspensión hasta el resto de sus días.