Menos tabaquismo, más educación, peor salud mental y más riesgo de VIH: un informe de 'The lancet' describe a los jóvenes del mundo

Si no se toman medidas específicas para 2030 (si no hay voluntad política) la mitad de los adolescentes del mundo vivirán en países en los que, por cómo está organizado sus sistema sanitario y social, corren el riesgo de sufrir graves problemas de salud que podrían ser evitables. Es la conclusión principal del segundo metaanálisis de la revista The Lancet sobre salud y bienestar de los adolescentes del mundo (el anterior se hizo en 2016) que ha analizado las condiciones de vida de millones de jóvenes de 36 países, entre ellos España.

Según este análisis, en 2021 1100 millones de adolescentes del mundo (chicos y chicas de 10 a 24 años) viven en países donde "les amenazan problemas de salud prevenibles y tratables" como el VIH, el embarazo precoz, las relaciones sexuales sin protección, la depresión o la mala nutrición. El dato ha crecido desde el anterior análisis hace 10 años en casi 100 millones: lo explica el crecimiento de la población, pero también, dicen los expertos, "una falta de progreso en el abordaje de la salud de los adolescentes".

Si no se le pone remedio, las proyecciones que hace The Lancet son estas:

• En 2030, 464 millones de adolescentes en todo el mundo tendrán sobrepeso u obesidad (143 millones más que en 2015). Un tercio de ellos serán de países de ingresos altos de América Latina y Oriente Medio.
• En 2030, los jóvenes del mundo perderán 42 millones de años de vida saludable debido a trastornos mentales (Son 2 millones más que en 2015).
• Casi un tercio de las chicas adolescentes serán anémicas en todo el mundo para 2030
• Para 2100, 1.900 millones de adolescentes vivirán en un mundo que se espera que se caliente alrededor de 2 grados por encima de la época preindustrial, lo que conlleva riesgos para su salud, reducción de la calidad y disponibilidad de alimentos y agua, y un aumento de las condiciones de salud mental relacionadas con los fenómenos climáticos.

Algunas buenas noticias

Como grandes logros en la década que va desde 2016 hasta ahora, el informe destaca que "las tasas mundiales de tabaquismo y consumo de alcohol han disminuido". También que "la presencia en educación secundaria y universitaria -especialmente entre las mujeres jóvenes- ha aumentado".

Sin embargo, como contrapunto, las enfermedades relacionadas con la obesidad y los trastornos de salud mental están aumentando en todas las regiones". De hecho, la obesidad se ha multiplicado "hasta por ocho" en algunos países de África y Asia en las últimas tres décadas.

 También señala que, de forma generalizada "cada vez está más extendida la mala salud mental de los adolescentes por todo el mundo".

Crecimiento muy desigual

Desde el anterior análisis de 2016, dicen los expertos, sí que ha habido avances -los citados en educación, tabaquismo y alcohol- sin embargo, "los avances en la salud y el bienestar de los adolescentes han sido desiguales" dependiendo del lugar en el mundo en el que han nacido.

En los países de ingresos bajos y medianos, los jóvenes son ya más de una cuarta parte de la población. Y aunque suponen una gran parte de carga mundial de morbilidad (el 9,1%), solo han recibido en este tiempo el 2,4% de la ayuda mundial para el desarrollo.

Además, apunta el texto a que, en muchas áreas, "el progreso se ha visto socavado por la pandemia de COVID-19 y la falta crónica de financiación de muchos países".

La copresidenta de la Comisión de adolescentes de The Lancet, la profesora Sarah Baird (Universidad George Washington) dice que los problemas de los adolescentes "corren el riesgo de verse exacerbados por los problemas globales emergentes, como el cambio climático, los conflictos mundiales y la rápida transición a lo digital que lleva años produciendo".

Ante este diagnóstico... ¿qué hacer?

La comisión de expertos de The lancet pide, de forma genérica, a los países "invertir en la salud y el bienestar de los jóvenes para salvaguardar nuestro futuro colectivo". Por eso reclama que se dé "prioridad a las inversiones en salud para garantizar el acceso universal a la atención sanitaria".