Israel, un Estado paria
No olvidemos que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra

Madrid
Israel es un Estado paria, o va camino de ello. Así lo ha dicho el jefe de la oposición de izquierdas a Netanyahu. Paria: o sea, fuera de los márgenes de lo normal; huérfano de padre y madre; aquél a quien nadie quiere y a quien nadie importa; el que no manda, el que no influye, el que no cuenta. Es un triste destino, y cada día más gente empieza a pensarse así, contra la prepotencia violenta de Netanyahu.
Harían bien los alemanes en prestar atención a esta advertencia. Entendamos a los ciudadanos de la gran potencia económica europea, Alemania, aunque esté en declive. No quiere ser la enterradora del acuerdo de asociación comercial, cultural y de investigación de la UE con el Estado de Israel, que alimenta un tercio de sus intercambios exteriores. Y no quieren porque les pesa la gravedad de la culpa histórica: Alemania, aunque fuera la nazi, amparó la destrucción del pueblo judío, el Holocausto.
Tenemos que entenderles. Pero no olvidemos que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Ayer tropezaron trágicamente contra los judíos. ¿Lo harán hoy igual, peor, a favor del gobierno demasiado brutal del mismo pueblo? Los austriacos, que estaban en la misma posición, y los holandeses, han reculado. Han dicho basta. Han decidido marcar distancias con los bombardeos y la matanza por hambre de Netanyahu. A fe que tienen razones. De cualquier fe.

Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas y colaborador habitual de la Cadena SER, donde publica...




