Cannes 2025 | El iraní Jafar Panahi recibe la Palma de Oro por 'A simple accident', un ajuste de cuentas con el régimen que le encarceló
El cineasta español Oliver Laxe gana el Premio del Jurado por 'Sirat', una propuesta radical en un palmarés que ha reivindicado el cine como el arma para luchar contra la decadencia del mundo actual

Cadena SER
Cannes
En el año en el que el Festival de Cannes ha reivindicado el papel del cine para cambiar las dinámicas violentas y negativas de la sociedad, la Palma de Oro ha sido para Un simple accident, la película más contundente de la sección oficial, del irani Jafar Panahi Un premio que recibía el director en el Gran Teatro Lumière, después de que la ciudad se haya repuesto de un apagón intencionado que siendo investigado.
Tras de quince años de arresto, primero domiciliario, luego en prisión y después con prohibición de rodar y de salir del país, el director iraní Jafar Panahi, que se convierte en el segundo iraní en lograr la Palma de Oro después de El sabor de las cerezas de Abbas Kiarostami en 1997, ha podido presentar una película en el Festival de Cannes y recoger premio por ella. En estos años, ha ganado en Venecia con El círculo, fue en el año 2000 antes de que empezara la persecución política contra él. Después ganóe el Oso de Oro en Berlín con Taxi Teherán en 2015 y ahora esta Palma de Oro.
Un simple accident es un magnífico retrato de unos personajes que han sufrido como sufrió el director y con los que cuestiona la fragilidad de eso tan manido en nuestros días como es la libertad individual, así como la complejidad de las relaciones sociales, cuando están marcadas por la censura y el control. Con cierto humor berlanguiano, con pulsión y con una manera nada manida, Panahi se adentra en resolver qué significa la justicia y la reparación. Una familia viaja en un coche por la carretera de noche. Sufren un leve accidente que les hace acudir al mecánico. Esa premisa sencilla esconde una historia de dolor y de deseo de justicia que, a veces, se confunde con la venganza. Pues cuando es el poder el que genera las injusticias, ya no hay normas que valgan. "Antes de dicr nada, permitirme darle las gracias a mi familia por todo el tiempo que he estado en la cárcel sin ellos", decía emocionado y arropado por Juliette Binoche, la presidenta del jurado. "Es el momento de pedir a todos los iraníes que dejen las diferencias a un lado y que luchen por lo más importante, nuestro país y la libertad. Que nadie nos diga qué tenemos que hacer, ni pensar", reivindicaba el cineasta que va a tener difícil su vuelta a Irán, aunque asegura que no quiere quedarse en el exilio.

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El segundo galardón, El Gran Premio del Jurado, ha sido para una de las películas más correcta y comerciales de toda la edición, Sentimental value de Joachim Trier. Una película que habla de la familia, de la incomunicación y los problemas que toda familia genera, hay ecos de Saura y de Bergman, y una oda a las relaciones entre hermanas y cómo cada una ha superado la ausencia paterna y el peso de un padre famoso de manera distinta. Hay también una reflexión sobre la intersección entre el cine y la realidad. "En esta época saturada de imágenes tenemos que creer en el cine como una lengua internacional de unificación", decía el director que reivindica la ternura en esta película protagonizada por Stellan Skarsgard, Renate Reinsve y Elle Fanning.
Volviendo a la línea de revindicar el cine como forma de mirar a la sociedad actual, se inserta el premio a Kebler Kleber Mendonça Filho, como mejor director por El agente secreto, un apasionante thriller setentero que cuenta los horrores de la dictadura con acierto y con brío y sin olvidar la importancia del cine para arropar esa memoria histórica que la política y la sociedad no siempre han sabido como preservar. El jurado reconoce también el trabajo de Walter Moura, el actor protagonista del filme, al que conocimos por la serie Narcos y que protagoniza esta historia sobre la dictadura y los desaparecidos que quedaron en el olvido. Interpreta a un profesor universitario cuya memoria quedó en el olvido y que una generación posterior trata de recordar. El premio de interpretación femenina es para Nadia Melliti, uno de los descubrimientos interpretativos de esta edición, protagonista de La Petite Dernière, de la directora francesa Hafsia Herzi, un drama que cuenta el despertar sexual de una joven de las banlieu parisinas, musulmana practicante y lesbiana. Sin duda, el gran descubrimiento de una película luminosa y que nos deja alguna escena queer icónica es la actriz protagonista, Nadia Melliti, capaz de expresar todo lo que Fatima Daas escribe en su novela sin palabras, con su mirada y el movimiento de su cuerpo.
El cine español se lleva el Premio del Jurado, para Sirat de Oliver Laxe. El director español, que ha ganado premio con todas sus películas, el FIPRESCI con Todos vosotros capitanes, el de la Semana de la Crítica con Mimosas y el del Jurado de Un certain regard con Lo que arde. Con Sirat, su película más monumental, logra este galardón contando la historia de un padre que busca a su hija por las raves de Marruecos y que habla de un mundo en pleno caos y propone otra manera de vivir fuera del sistema. Un premio que hace justicia al revuelo y la sorpresa que generó una película de la que se escuchaba hablar en las colas, en la sala de prensa y en los bares de la Croisette.

CANNES (France), 24/05/2025.- Director Oliver Laxe speaks after recieving the Jury Prize for 'Sirat' during the closing and awards ceremony of the 78th annual Cannes Film Festival, in Cannes, France, 24 May 2025. The film festival runs from 13 to 24 May 2025. (Cine, Francia) EFE/EPA/MOHAMMED BADRA / MOHAMMED BADRA

CANNES (France), 24/05/2025.- Director Oliver Laxe speaks after recieving the Jury Prize for 'Sirat' during the closing and awards ceremony of the 78th annual Cannes Film Festival, in Cannes, France, 24 May 2025. The film festival runs from 13 to 24 May 2025. (Cine, Francia) EFE/EPA/MOHAMMED BADRA / MOHAMMED BADRA
Un premio compartido con Sound of falling de Masha Schiliniski. Desde la Berlinale se habla de este filme, segunda película directora alemana Mascha Schilinski, que el Festival de Cannes seleccionó al instante, acción que puso a los distribuidores de todo el mundo tras la compra del título. La película lo merece. Sound of Falling es la historia de cuatro jóvenes que viven en una granja al norte de Alemania en distintas épocas históricas, pero que comparten los mismos problemas, traumas, desafíos y sentimientos.
Eran las propuestas más innovadoras, junto con Resurrection, la película del director chino Bi Gan que recibía una mención especial por el riesgo y la originalidad de una propuesta que usa la tecnología para preservar las esencias del cine. La de Bi Gan es un homenaje al séptimo arte a través de planos secuencia, de atmósferas envolventes y de guiños a todas las épocas cinematográficas, además de una defensa de las salas y de la comunidad en tiempos de monstruos individualistas. Los tres directores pertenecen a una nueva generación de creadores que apuestan por el cine de autor, por miradas diferentes y rompedoras y por mostrar las grietas del mundo actual.
Quienes no fallan son los hermanos Dardenne vuelven a estar en el palmarés, con mejor guion. Ganadores de dos Palmas de Oro, por Rosetta y El hijo, renovadores del cine social europeo, han dado una nueva dignidad a las comunidades más desfavorecidas de la Europa actual. En Recién nacidas, que ya está estrenada en los cines franceses, se fijan en las madres menores de edad sin recursos y que reciben ayuda y alojamiento en una casa de acogida para ellas que el gobierno belga financia. Los dos directores empezaron hace cuatro años a trabajar en una historia ubicada en ese espacio de cooperación y cuidados y acabaron eligiendo un retrato coral de cuatro, Elsa Houben, Babette Verbeek, Janaina Halloy, Lucie Laruelle, Samia Hilmi, que se enfrentan a la maternidad desde distintos lugares, pero todas en común la precariedad de sus vidas y la inestabilidad familiar.
Un palmarés justo, donde solo ha faltado Romería de Carla Simón, y que ha aupado a un cine preocupado en que las imagenes importen en un momento de ruido y de caos social. El premio a Panahi hace justicia, no solo políticamente, sino por su pulsión artística, y su capacidad para contar un país y todos sus estados de ánimo en una película que nos apela a todos.

Pepa Blanes
Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...




