Fragilidad, un síndrome geriátrico en aumento
España se encuentra a la cabeza en Europa en la investigación de este síndrome pero, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de fragilidad?
¿A qué nos referimos cuando hablamos de fragilidad en adultos mayores?
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Madrid
La fragilidad en las personas mayores no es solo una consecuencia natural del envejecimiento, se considera un síndrome clínico caracterizado por una disminución de la reserva fisiológica que se traduce en una mayor vulnerabilidad física y funcional. Está asociada a un mayor riesgo de episodios adversos como mortalidad, deterioro cognitivo, hospitalización, lesiones o caídas y a una disminución del bienestar. Es la antesala de la discapacidad.
Más información
“La fragilidad es ese estadio evolutivo que precede a la discapacidad y en el que se puede intervenir. Es como la hipertensión al infarto de miocardio, si se trata la hipertensión evitamos el infarto”. Por los micrófonos de A Vivir han pasado los geriatras Leocadio Rodríguez Mañas, jefe de geriatría del Hospital Universitario de Getafe (Madrid), y Cristina Alonso, especializada en envejecimiento saludable en el mismo hospital, para explicar este síndrome que afecta a un 18% de los mayores de 65 años.
Tras décadas de experiencia clínica e investigadora nuestros invitados proponen acciones de diagnóstico precoz y abordaje de este trastorno. Existen medidas preventivas que pueden ayudar a mantener la salud y la calidad de vida en la tercera edad. Promover una dieta equilibrada, la actividad física o mantener una rutina de sueño saludable ayudan, sin duda, a revertirla. El sedentarismo, la mala nutrición, las enfermedades crónicas, el uso de múltiples medicamentos, la depresión y el aislamiento social son factores de riesgo. “Cuando hablamos de envejecimiento, retrasar es evitar. La buena noticia es que la fragilidad es prevenible y tratable”, afirman.
España envejece más rápidamente que sus vecinos europeos. La mitad de nuestra población ya tiene más de 45 años
España se enfrenta al reto de la longevidad, se prevé que 1 de cada 3 españoles tendrá 65 años en 2050. En sociedades tan envejecidas como la nuestra el tratamiento de la fragilidad debería convertirse en una prioridad para nuestro sistema de salud pública. Deberían promoverse más entornos que fomenten la salud y el bienestar de nuestros mayores, por ejemplo, centros de día (como alberga el Hospital Universitario de Getafe) con personal especializado que ofrezcan programas personalizados de nutrición, atención médica especializada y terapias específicas. Abordando la fragilidad conseguiremos una población mayor más autónoma y con mayor capacidad funcional para desarrollar una vida plena en su comunidad.
