Fernando Garea pone nombre a las políticas de Trump: "Se ha sofisticado, pero no deja de ser fascismo"
El adjunto al director de 'El Español' habla sin tapujos sobre los ataques del presidente de Estados Unidos a los pilares de la democracia

Fernando Garea pone nombre a las políticas de Trump: "Se ha sofisticado, pero no deja de ser fascismo"
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Donald Trump da un paso más en su lucha contra la cultura. El presidente de Estados Unidos ha ordenado a las embajadas y consulados americanos que suspendan las entrevistas con aspirantes extranjeros a estudiar en el país en el próximo curso académico. Con esta medida, comunicada a través de un cable diplomático firmado por el propio Marco Rubio, secretario de Estado, pretenden que la administración pueda ampliar los controles migratorios mediante la verificación de contenidos publicados en redes sociales por los solicitantes de visados.
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Pendientes de los criterios que pueda establecer Donald Trump para denegar multitud de solicitudes, la orden llega en medio de una guerra abierta con la Universidad de Harvard. La administración se dispone a cancelar todos los contratos federales con la institución, que podría suponer una pérdida de 100 millones de dólares. Desde el pasado mes, Trump ha prohibido a la universidad matricular a estudiantes internacionales, lo que supone cerca del 30% de su alumnado, aunque la orden ha sido, por el momento, paralizada por un juez.
Llamarlo por su nombre
De los últimos movimientos de Trump contra la educación y la comunidad internacional han debatido en La mesa del análisis de Hora 25, la adjunta al director de La Vanguardia, Lola García, el corresponsal político de El País, Carlos Cué, y el adjunto al director de El Español, Fernando Garea. Este último ha señalado que el presidente de Estados Unidos ya no solo quiere doblegar a las universidades, al conocimiento y a la libertad de pensamiento, sino también a la libertad. "El fascismo se ha sofisticado, pero no deja de ser fascismo", decía.
Y es que, destaca Garea, desde que Donald Trump volviese al poder, el presidente no ha hecho otra cosa que recortar los contrapoderes con la justicia —siendo que está condenado por promover el asalto al Capitolio—, eliminar controles a la administración y, ahora, la carga contra el espacio en el que "se supone que hay libertad de pensamiento, de inteligencia y de discusión", una institución tan respetable como es la Universidad de Harvard.
"A mí me parece que hay que empezar a llamarlo ya por su nombre, porque aunque, es verdad que haya ganado unas elecciones y formalmente es una democracia, yo creo que está dando todos los pasos para, insisto, lo que es un fascismo clásico que lo que hace es eliminar todo abismo de crítica, de contrapoderes, de limitación de barbaridades como son los conflictos de intereses económicos que él y los que le rodean tienen, etcétera."

Laura García del Valle
Periodista y SEO. Viví en Londres durante 5 años, pero la COVID me obligó a hacer las maletas y volver...




