Silvia Olmedo: "Sexo a solas es un homenaje"

Silvia Olmedo (Madrid, 1976) siempre supo que entre el tocino y la velocidad había una relación directa: a más tocino más energía y, por tanto, más velocidad. Supo eso y que era una niña que no terminaba de encajar. A lo que no consiguió darle explicación es al comentario que recibió por parte de una profesora de ballet: "Tú nunca serás buena bailarina porque tienes muchas tetas", le dijo. Ahora se arrepiente de haber dejado de bailar. No por haber perdido la oportunidad de ser una gran profesional, sino porque "uno deja las cosas que ama porque alguien le dice que eso no es el éxito".

A ella, en cambio, el éxito le llegó pronto. Por otro cauce, pero le llegó. Se doctoró en psicología por la International American University, ha desarrollado su trabajo en Londres, Holanda, México y Los Ángeles, y además es sexóloga, divulgadora y autora de cinco libros superventas sobre el amor, el sexo, la autoestima, las emociones y las enfermedades mentales.

"Las consultas más habituales que te llegan sobre el sexo y el amor, ¿cuáles son?", le ha preguntado Mara Torres. "A la gente joven, fíjate, les cuesta menos intimar sexualmente que emocionalmente. O sea, la gente joven se me acerca porque no sabe relacionarse emocionalmente con ese chico o esa chica, porque no tienen habilidades sociales. Utilizan el sexo para vincularse. Al contrario que a nuestra generación, que muchas veces se ha planteado el sexo como un tabú o un problema".

Por otro lado, recibe consultas sobre el autocuidado porque "hay mujeres que no saben darse placer solas". Y aquí les plantea la siguiente pregunta: "Si no sabes bailar sola, ¿cómo esperas hacerlo en pareja?". Las metáforas siempre están presentes en su forma de expresarse y ella a la masturbación se refiere como "darse un homenaje". "Y ahora lo más bonito - les dice - es elegir a la persona. Normalmente no es la pareja porque ya estás acostumbrada, lo cual no quiere decir que no la ames. Sea como sea, es importante porque te aumenta el deseo, te conoces a ti misma, haces un poco de ejercicio cardiovascular y duermes divino", concluye la reputada psicóloga.