El velo contra las niñas

Madrid

Las mujeres inmigrantes han sido víctimas de los recortes de Junts y su desmantelamiento de las políticas sociales. En su día se cargaron muchos programas de inclusión dirigidas a ellas y no ha hecho nunca ninguna propuesta para acabar con la segregación escolar o urbanística.

Su oposición al avance en derechos laborales también las perjudica a ellas. Prohibir el velo en los centros educativos es algo que llevamos reclamando años las feministas, que Junts se apropie de nuestra voz para luego dejar a niñas y mujeres abandonadas a su suerte es una muestra de hipocresía y oportunismo ante el auge de Aliança Catalana.

A la racista de Orriols, cabe recordarlo, no solo no le importamos, sino que su solución para todo sería deportarnos en masa o someternos a discriminación por ley por el simple hecho de ser moras. No nos representa, lo que hace es expropiarnos la voz, la lucha, el dolor y el sufrimiento para usarlo en nuestra contra y así justificar su supremacismo identitario.

Para Orriols no somos ni seremos nunca catalanas a menos que borremos cualquier elemento impuro que pueda manchar esa catalanidad homogénea que no ha existido nunca en ningún lugar y que no es más que un nacionalismo fundamentalista.

Lo triste de todo es que mientras unos nos instrumentalizan y otros usan nuestra causa para sacar pecho antifascista, hundiéndonos en el machismo del que venimos, nadie piensa de verdad en las niñas. En lo que viven, en cómo se sienten ante esta complejidad, en los mensajes contradictorios que reciben, en las exigencias con las que tienen que cumplir en tanto que hijas que heredan el deber de aprovechar el esfuerzo migratorio de sus padres a la vez que tienen que demostrar que son las perfectas integradas.