Viva América

Barcelona

Viva América. Y mueran los aranceles. Es un deseo y también una realidad. Norteamérica está viva. Los EEUU demuestran que son algo más que Donald Trump. Demuestran más, evidencian que Donald Trump suele perjudicar a los intereses de los EEUU.

La prohibición judicial a los aranceles presidenciales genéricos contra todo el mundo es una gloriosa expresión, ni la primera ni la menos importante, de que pervive -aunque maltratado- el juego de pesos y contrapesos, el sistema de "checks and balances" de ese gran país. Y al fin y al cabo, aunque maltrecha, la separación de poderes propia de la democracia.

El tribunal, a instancias de varios fiscales apoyados por muchas empresas, ha declarado "inconstitucional" el paquete de aranceles genéricos. Porque el presidente no puede subir impuestos (tampoco los exteriores) sin contar con el Congreso, e invadiendo sus competencias; lo que supone un abuso, un ejercicio excesivo de su poder. Porque incluso en una emergencia nacional, que permitiría eso, hay que justificarla, lo que no ha sucedido. Así que las medidas genéricas quedan "suspendidas" y su ejecución "permanentemente prohibida". Solo se permiten los aranceles específicos como al acero o al automóvil, lo que está más en conexión con la normativa de la Organización Mundial del Comercio.

La amenaza se aplaza. Trump puede recurrir, claro. Incluso conseguir que el ultraconservador Tribunal Supremo revierta esta sabia decisión contra los aranceles. Pero de momento, y por un tiempo, alegría.