Un filósofo español creó el concepto de 'niño mimado' en 1920 y su aplicación, hoy, da bastante miedo

Madrid

Hace más de un siglo que se ideó el concepto de 'niño mimado', y su creador no fue ni más ni menos que uno de los pensadores más reconocidos de la historia española: José Ortega y Gasset. Las reflexiones de este filósofo han llegado hasta nuestro tiempo y, lo que es más importante, siguen teniendo mucho sentido en la actualidad, a pesar de que el momento en que el madrileño las escribió era, a priori, socialmente muy diferente.

En El Faro, Mara Torres, con motivo de la palabra 'mimo', ha analizado junto al filósofo Jesús Pinto este término acuñado por Ortega y Gasset en uno de sus libros: La rebelión de las masas. En este texto, el filósofo define 'mimar' como una forma de "no limitar los deseos, dar la impresión a un ser de que todo le está permitido y a nada está obligado".

Ortega y Gasset señalaba que "a fuerza de evitarle toda presión y todo choque con otros seres", una persona "llega a creer que efectivamente solo él existe, se acostumbra a no contar con los demás y, sobre todo, a no contar con nadie como superior a él". Ese era el concepto de 'niño mimado' para el madrileño.

La definición de un ser humano apático

El experto ha señalado que el filósofo, al crear este término, no se refería a un niño como tal, sino a un tipo de persona que, con "la acumulación de logros de la civilización occidental, ha perdido la capacidad de entender la vida como un reto". Esto, explica Pinto, genera que este ser humano se sienta heredero de lo que otros han sido capaces de crear y, por ende, provoca que "no tenga la necesidad de luchar por nada, interesarse por nada ni implicarse en nada".

En definitiva, el concepto de 'niño mimado' de Ortega y Gasset define a una persona individualista: ni es agradecida con el trabajo de generaciones anteriores que han mejorado su sociedad, ni se preocupa por el bienestar de los demás. Una definición que, según Pinto, puede tener bastante que ver con la sociedad actual en general.

"Estamos en una época que no deja de rimar con aquella en la que vivía Ortega y Gasset", explicaba Pinto, quien añadía que el filósofo ponía el foco, por un lado, en "la juventud de su tiempo, que parecía entender la vida como algo fácil y no era crítica con su propia existencia", y en cómo esta se "había acostumbrado a un culto al cuerpo, a no establecer críticas ni a su propio pensamiento ni al del resto, y a imponer, cuando puede, aquello en lo que cree. Por tanto, esa juventud parecía estar portando en sus hombros el proyecto fascista".

Muchas coincidencias con la actualidad

Algunas de estas definiciones y pensamientos se pueden ver también en la actualidad, como es el caso del "culto al cuerpo", el cual —sostiene Pinto— podemos observar de forma parecida en las redes sociales, donde se "reivindica una falsa cultura del autoemprendimiento y la auto-mejora a través de lo que es prácticamente tortura real: levantarnos temprano, comer según qué cosas...".

En definitiva, mantiene Pinto, "podemos decir que hay componentes que riman en un momento y en otro, por lo que sí somos un poco ‘niños mimados’", ya que "al final, la juventud no deja de vivir un ‘no futuro’ y está lejos de la sensación de que el futuro va a ir a mejor o de que van a vivir mejor que sus padres". Algo para lo que, señala el filósofo, también hay solución, la cual pasa por implementar "políticas activas que mejoren la situación precaria que vive la juventud, y que vivía la juventud en su momento".

Este paso adelante "podría generar un mundo de promesa que evitara esa condición de ‘niños mimados’" y anulara el concepto acuñado por Ortega y Gasset, que tanto se parece a nuestra realidad actual.