Cómo opera la Fundación Humanitaria de Gaza: lo que hay detrás de la entidad privada que sigue los intereses militares de Israel
Antes del conflicto, existían hasta 400 puntos de reparto dentro de Gaza; ahora, solo quedan dos: "Se fuerza a la población a desplazarse hacia zonas concretas"

Cómo opera la Fundación Humanitaria de Gaza: lo que hay detrás de la entidad privada que sigue los intereses militares de Israel
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Madrid
La distribución de ayuda humanitaria en la Franja de Gaza está siendo gestionada por una fundación creada en Suiza, conocida como la Fundación Humanitaria de Gaza. Una fundación que, lejos de tratarse de una organización humanitaria tradicional, está integrada por personal armado y financiada, en parte, por el propio Estado de Israel y empresas de seguridad estadounidenses. Son básicamente paramilitares con metralletas repartiendo comida.
Más información
Raquel Martí, directora en España de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), alertó sobre el riesgo que implica esta situación: “En cualquier momento pueden abrir fuego, como ya se ha visto”, afirmó, en referencia a los incidentes ocurridos esta semana, que dejaron al menos diez muertos y sirvieron de excusa a Netanyahu para suspender el reparto de ayuda.
Martí denunció que en los últimos días “prácticamente no ha entrado nada” en Gaza. Según explicó, se necesitan entre 500 y 600 camiones diarios con suministros básicos como medicamentos, agua, alimentos y combustible. Actualmente, Naciones Unidas dispone de 160.000 palés listos para ser enviados, lo que equivale a unos 9.000 camiones, pero la entrada está bloqueada.
Mala organización y escasa calidad
Además de la escasez, la distribución está mal organizada. Antes del conflicto, existían hasta 400 puntos de reparto dentro de Gaza; ahora, solo quedan dos. Para Martí, esto responde a una estrategia militar: “La ayuda humanitaria se está utilizando como herramienta para forzar a la población a desplazarse hacia zonas que Israel quiere controlar”.
Estos desplazamientos forzosos afectan especialmente a los más vulnerables: ancianos, niños y mujeres embarazadas, que no pueden recorrer largas distancias bajo el sol para acceder a los puntos de reparto.
La calidad de la ayuda también ha disminuido. “Antes la gente recibía comida caliente y lista para consumir. Ahora se les entrega pasta y legumbres que necesitan ser cocinadas, pero no hay agua ni gas para hacerlo”, lamentó Martí.
Ante esta situación, tanto Naciones Unidas como varias ONG han decidido no colaborar con la Fundación Humanitaria de Gaza, al considerar que su gestión no garantiza una distribución efectiva ni segura de la ayuda.

Adrián del Pozo
Periodista de informativos en los fines de semana. He pasado por la sección de Sociedad y por las radios...




