La ofensiva de Israel amenaza también a la subsistencia de los palestinos de Jordania que dependen del turismo
Las autoridades de Jordania denuncian que el número de visitantes de Petra se ha reducido en un 70% desde el inicio de la ofensiva contra los palestinos, de los que proceden la mayoría de jordanos

La ofensiva de Israel amenaza también a la subsistencia de los palestinos de Jordania que dependen del turismo
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Petra (Jordania)
Más de la mitad de la población de Jordania tiene orígenes palestinos. Más de 2 millones de personas procedentes de Palestina residen además como refugiados en este país, que intenta sobresalir como un oasis de estabilidad política y social en el convulso mapa de Oriente Próximo.
Jordania, por tanto, es un país vinculado directamente por la vía familiar con Gaza y Cisjordania. Y es un país en el que el turismo representa alrededor del 15% de su Producto Interior Bruto. Más de 55.000 personas viven gracias a este sector, miles de ellas lógicamente de origen palestino.
Y ahora miran con preocupación el impacto que la ofensiva militar de Israel en Gaza tiene también sobre ellos mismos, ya que el turismo se está desplomando en el país. Petra, considerada una de las siete maravillas del mundo moderno, es un ejemplo de ello: sus visitantes han caído un 70% desde el inicio de la respuesta militar de Israel. Tomando como ejemplo las cifras de los turistas españoles, de los 88.163 que visitaron estos restos arqueológicos en 2023, se pasó a poco más de 12.000 el pasado año.
Una visita sin precedentes
La percepción de inseguridad en la región y la relación de cada país con Estados Unidos e Israel dejan finalmente imágenes nunca vistas desde que Petra se convirtió en un destino turístico global. En su famoso desfiladero no hay atasco alguno, en el teatro impera el silencio y algunos vendedores admiten que ya solo ven a algunos italianos y franceses.
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Los guías nos cuentan que frente al icónico frontal de Petra en ocasiones era imposible explicar a los grupos de visitantes los detalles del lugar por la cantidad de gente que se arremolinaba. Ahora, según donde uno se coloque, hay eco.
Más al sur, la ciudad de Aqaba es el único puerto de Jordania. Una ciudad cuya zona más pegada al Mar Rojo está diseñada para reunir complejos hoteleros, restaurantes y tiendas. Ahora, uno de estos guías nos cuenta que él y sus amigos han llegado a dedicar el tiempo a ver pasar alguno de los misiles que los hutíes yemeníes aliados de Hamás lanzan hacia la orilla de enfrente, hacia suelo israelí.

Vista del interior del yacimiento arqueológico de Petra prácticamente vacío este mes de mayo / Antonio Martín Blanco

Vista del interior del yacimiento arqueológico de Petra prácticamente vacío este mes de mayo / Antonio Martín Blanco
Difícil equilibrio de Ammán
Las autoridades jordanas lamentan que la economía de su país esté más afectada que la de Egipto cuando este último en realidad está más cerca de Gaza. Creen que por ejemplo el hecho de que "Cisjordania" sea una palabra que recuerde a su propia nación les perjudica.
Ahora bien, lo cierto es que Jordania juega un complicado equilibrio en el que también tienen su papel su estrecha relación con Estados Unidos y que mantenga un acuerdo con Israel desde hace más de 30 años. Posiciones que pueden resultar relevantes para que los ciudadanos de otros países de la región no visiten tampoco a su vecino más estable.
Le preguntamos a Faris Braizat, comisionado jefe de Petra, después de comprobar de primera mano que apenas hay turistas en todo el recinto. Braizat admite que la "mayoría de la población jordana desaprueba la posición de Estados Unidos en el conflicto de Israel", pero añade que, al mismo tiempo, "Estados Unidos es un aliado fundamental tanto político como económico".
Braizat reconoce que "la mayoría de árabes se va a seguir oponiendo a Israel mientras mantenga su política de ocupación y privación de derechos de los palestinos", si bien esa oposición no implica que por ejemplo Jordania rompa relaciones con su vecino hebreo, de quien depende por ejemplo en parte para recibir agua potable.
"Antes se hablaba más en las calles de Gaza que ahora", nos cuenta uno de los guías turísticos del país. Los jordanos intentan seguir con sus vidas y Ammán mantiene un vibrante nivel de actividad una vez que cae el sol. Aún así, en la calle principal de la capital jordana, Rainbow Street, no hay tienda que no tenga algún tipo de elemento que recuerde a Palestina, sea el mapa de los Territorios Ocupados, su bandera u otros elementos simbólicos.
Por ejemplo, la llave que muchos jordanos al volver a su casa ven en su hogar. Un recordatorio tangible de las casas, los recuerdos y las historias de generaciones que sus antepasados tuvieron que dejar atrás por la creación del Estado de Israel.
Antonio Martín
Redactor de la sección de Internacional. Se incorporó a la Cadena SER en 2005 y desde entonces ha formado...




