Las infracciones de tráfico vistas desde la perspectiva de un Guardia Civil
Jesús López repasa sus 30 años garantizando la seguridad en las carreteras españolas

Madrid
Uno de los momentos incómodos por los que, tarde o temprano, todo el mundo termina pasando —ya sea como conductor o como pasajero— es cuando al vehículo en el que circulas lo detiene la Guardia Civil. Sabemos que esos instantes, desde el punto de vista de la persona que es parada, son muy tensos, pero rara vez podemos conocer cómo se viven desde el otro lado de la ventanilla. De hecho, conocer la visión que tienen los agentes puede ayudarnos a evitar sanciones económicas.
Un útil consejo que da el exagente de la Guardia Civil de Tráfico, Jesús López, para evitar una multa, es reconocer que hemos incumplido la normativa. Al ser preguntado por los conductores que peor le caen, lo tiene claro: "Los que, cuando hacen cualquier infracción, los paras y encima quieren llevar la razón".
Existe una situación a la que los guardias civiles están acostumbrados, y es enfrentarse a personas con coches de gama alta y un alto nivel adquisitivo. Es habitual que este perfil tenga una actitud chulesca con los agentes, porque una multa, para ellos, no tiene importancia. López apunta que la infracción más común entre este tipo de conductores es el exceso de velocidad: "Yo puedo decir que, efectivamente, los coches que corren más cometen más infracciones de velocidad".
Los radares están totalmente integrados en nuestras vidas, son algo a lo que prestamos especial atención cuando salimos a la carretera. López quiso desterrar un mito acerca de su funcionamiento. En su momento fue cierto, pero hace tiempo que ya no lo es: no existe un margen de 10 km/h por encima del límite máximo permitido dentro del cual no se sanciona.




