Edurne Pasaban y el fin de los códigos en la montaña: "Sabíamos que todos volvíamos; ahora, no"

Edurne Pasaban ha pasado toda su vida en la naturaleza, concretamente, en la montaña. Nacida en Tolosa, Guipúzcoa, a los 14 años probó por primera vez la escalada y, desde entonces, no ha parado hasta convertirse en la primera mujer en completar la ascensión de los 14 ochomiles del mundo. Del montañismo y la ética en la montaña ha hablado en el último programa de La cena de los idiotés, junto al presentador Arturo Valls, la periodista Sandra Barneda y los comensales habituales, Ángeles Caballero y Manuel Jabois.

La alpinista vasca ha presentado un dilema que tenía mucho de realidad para ella. "Imaginaros que tenéis una carrera deportiva de éxito y has conseguido ser la número uno del mundo, subir las 14 montañas más altas de la tierra. Pero quieres seguir escalando y decides hacer, de las que ya has hecho, la única montaña que has subido con oxígeno artificial en la cumbre, sin oxígeno. Quiero poner la guinda en el pastel y tener los 14 ochomiles sin oxígeno", explicaba.

Edurne Pasaban detallaba que, en este dilema, vuelves a la montaña con el equipo que siempre te acompaña, pero con mayor presión porque, en este caso, tienes la atención de los medios de comunicación e, incluso, patrocinadores que te acompañan en tu hazaña. "Todo va bien hasta que, el último día, el de la cumbre, el de subir a los 8.848 metros, dos de los sherpas que nos acompaña se ponen muy enfermos, con una saturación muy baja", decía.

Los sherpas, que son guías que pertenecen a una comunidad étnica de Nepal, de la región montañosa del Himalaya, habían subido en más ocasiones con el grupo, pero, al ver que los españoles no querían subir con oxígeno, ellos quisieron unirse al intento. Edurne Pasaban recuerda que llamó al médico en el campo base y este le advirtió que los enfermos tenían que bajar o no lograrían llegar con vida. "Faltaban horas para salir de esa tienda y tirar a la cumbre, pero teníamos dos personas enfermas, ¿qué hacéis?".

Decisiones a 8.000 metros de altura

Aunque todos los comensales coincidían en que, desde luego, salvar la vida de los enfermos era lo primero, surgen dudas sobre continuar con la subida si se podía garantizar que los sherpas podían llegar al campamento base y ser atendidos. Viendo que no resultaba fácil encontrar una respuesta, Pasaban ha añadido un nuevo matiz, recordando que los enfermos son los sherpas, y no los españoles que forman parte del equipo de expedición.

"A mí, a nivel televisivo, que una expedición decida con el dolor que implica no coronar y que salva la vida a mí me parece mucho más interesante", reconocía Barneda, asegurando que, para ella, la coronación no tendría el mismo valor si no logran subir todos. Mientras que Ángeles Caballero, ha jugado el papel de "mala persona" y se ha puesto del lado de los patrocinadores que han confiado en que subas la montaña.

Este dilema le ha llevado a Aimar Bretos a preguntar si hay códigos de la montaña, por los que se acuerda, previo a la subida, qué hacer en caso de peligro. "Esos códigos existen y cada uno tiene los suyos. Al final, es la ética que cada uno de nosotros tenemos. Una de las cosas que nos ha distinguido es la idea de que "todos volvíamos". Ese código no lo hablas en la mesa, pero es una cosa que tú ya sabes por la gente con quien vas", destacaba la alpinista, asegurando que esto "ahora ya no existe".

El individualismo de los montañistas está provocando que ese código esté empezando a desaparecer. De hecho, Pasaban ha recordado que, el año pasado, una persona tuvo un accidente, que, en ese momento, no era mortal, subiendo el K2. Más de 50 personas pasaron a su lado de camino a la cumbre, pero nadie se paró para asistirle. "Cuando volvieron de la cumbre horas después esa persona había fallecido, nadie le había echado una mano. "¿A quién le das la responsabilidad de la muerte de esa persona? Es una pena", lamentaba. "Yo tengo clarísimo que me bajo. Me da igual que sea sherpa, nepalí, español o francés, es una persona."