La historia del falso príncipe de Inglaterra que lleva 20 años en el entorno de Carlos III
Un hombre ha vivido su vida con una identidad falsa durante dos décadas
Un falso príncipe de Inglaterra aparece en el entorno de Carlos III
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Madrid
La corona británica siempre ha dado de que hablar. Escándalos, hijos desvinculados de la corona e incluso una serie que registra toda la vida de la famosa familia. Son tantos los obsequios de los reyes de Inglaterra, que cuentan hasta con un hijo falso.
Este martes La Ventana ha comenzado anunciando que Isabel II tenía un nuevo nieto: el príncipe de Hohenzollernel. Lucas Font, corresponsal de la SER en Londres, ha entrado en directo para explicar esta curiosa historia: "Durante años el falso príncipe consiguió subir escalafones en su posición social, inmiscuyéndose en el entorno de Carlos III ". Utilizó su falsa posición para llegar a ser presidente y representante de asociaciones relacionadas con la música que tienen como patrono al actual Rey de Inglaterra.
Sin embargo, su verdadero nombre es Marcus Hanzel y aprovechó un vacío legal para llegar a esta situación. "El auténtico príncipe de Hohenzollern le acuso de ser un impostor. Contó al diario The Sun que fue él mismo quien contactó con Marcus para pedirle explicaciones", aclaraba Font. El falso príncipe contó al verdadero que fue adoptado por la familia Hohenzollern a cambio de una importante suma de dinero.
La fortuna va a llevar a esta familia a los tribunales. La batalla legal será protagonizada por Marcus Hanzel, que afirma que el dinero por el que fue adoptado le permite utilizar el nombre de la familia, y por el verdadero Príncipe de Hohenzollern que defiende que el impostor no puede utilizar este título en su beneficio.
El falso príncipe de Marbella
La periodista de la SER especializada en Casas Reales María Manjavacas recordaba un caso similar en Marbella. "Su nombramiento llegó a publicarse en el Boletín Oficial del Estado", ha resaltado.
El hombre, al inventarse un título, no pudo ser condenado. Sí lo fue su notario: "No comprobó que aquello no existía", explicaba Manjavacas. El objetivo de este impostor era "devolver a Marbella el glamour que tuvo durante los años ochenta". Nunca pretendió pertenecer a la Familia Real Española, por la que fue finalmente demandado.
