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Caitlin Moran: "Tenemos a los hombres más conflictivos del planeta diciendo en qué consiste la masculinidad"

La escritora británica, autora de uno de los mayores bestseller sobre feminismo de los últimos años, por fin se atreve a hablar de los hombres

Caitlin Moran, escritora: "Tenemos a los hombres más conflictivos del planeta diciendo en qué consiste la masculinidad"

Caitlin Moran, escritora: "Tenemos a los hombres más conflictivos del planeta diciendo en qué consiste la masculinidad"

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Enérgica, divertida, burbujeante. Caitlin Moran (Brighton, Reino Unido, 1975) está estos días en España para presentar su último libro, '¿Y los hombres qué? con Anagrama. Su humor irreverente y esa manera perspicaz de contar y de hacer llegar el feminismo a nuevos públicos le han convertido en un fenómeno súper ventas. 'Cómo ser mujer' se convirtió en 2011 en uno de los libros sobre feminismo más vendido en años. Tres libros después, todos dedicados a las mujeres, ahora se atreve con el primero sobre los hombres. Qué les pasa, qué les preocupa, qué está pasando con la machosfera y los mensajes de odio, que tanto están calando entre los jóvenes, o por qué Andrew Tate, imputado por violación y tráfico de personas, se ha convertido en uno de sus referentes. Un libro lleno de entrevistas y reflexiones que sólo buscan ayudar, ayudar a los hombres a salir de su confusión, a iniciar conversaciones difíciles, sobre porno, por ejemplo, a ofrecerles las herramientas que a nosotras nos han ayudado, a pesar de las duras críticas que recibió de una parte del feminismo cuando vio la luz el libro. Porque ayudarles a ellos, dice la autora, es ayudarnos a nosotras.

Acabas de publicar '¿Y los hombres qué?', un libro que habla de los hombres blancos heterosexuales, en el que partes de una premisa, "ser un hombre es mucho más difícil que ser una mujer". Y la conclusión es que sí. ¿No pensaste que con esta afirmación podías cabrear a muchas mujeres?

Entiendo que las mujeres estén enfadadas y de hecho, muchas mujeres, cuando publicamos este libro me consideraron una traidora. Me dijeron, ¿qué ha pasado ahora?, ¿consideras que las vidas de las mujeres son perfectas y te has pasado al bando de los hombres?. Lo que he tratado de hacer es explicarles que tienen que leer el libro, porque al final el 50% de los problemas de las mujeres tienen que ver con los hombres, con los hombres machistas, con los maridos que no las ayudan en casa, con los jefes que no las dejan progresar en el trabajo. Y hasta que no resolvamos estos problemas no vamos a resolver los problemas de las mujeres. Sin lugar a dudas sigo siendo feminista, pero creo que tenemos que dar solución a los problemas de las mujeres y eso pasa por resolver el tema de los hombres. Y permíteme que lo deje muy claro. La verdad es que no hemos resuelto los problemas de las mujeres, tenemos las estadísticas que nos indican que una de cada cuatro mujeres en su vida va a ser o bien violada o va a ser víctima de abuso sexual. Todavía estamos invadidas por una gran sensación de miedo. Pero lo que sí tenemos las mujeres es esperanza y herramientas, las herramientas que nos da el feminismo. Y esto es justamente lo que no tienen los hombres. Y es por eso que estamos viendo que en occidente se da una situación política que no se había dado nunca. Las mujeres jóvenes se hacen cada vez más progresistas y los hombres jóvenes cada vez más reaccionarios. ¿Y esto por qué sucede?. Porque en los últimos 15 años hemos estado diciéndole a las mujeres que el futuro es de las mujeres, que se tienen que sentir empoderadas, hemos arrojado luz sobre muchos modelos femeninos. ¿Y qué hemos hecho con los hombres?. Hemos hablado sobre todo de masculinidad tóxica. Hemos dicho, eso es típico de un hombre heterosexual, blanco, etcétera y esto ha perjudicado su salud mental. Lo que no tienen los hombres son justamente esas herramientas y esa esperanza, y tenemos que hacer lo posible por darles esas herramientas, esa esperanza para que cambie la situación.

Recopilas en el libro una serie de entrevistas para hablar de las preocupaciones, las costumbres, y la manera que tienen los hombres de afrontar sus problemas. Y una de las primeras conclusiones que planteas es que, lejos de pensar que esto solamente tiene que ver con hombres de mediana edad, afecta sobre todo a los jóvenes, que no son ni tan liberales ni tan feministas como cabría pensar. Su educación ha sido diferente, ¿es porque sienten que nadie les escucha, que no importan, por falta de referentes?

Creo que es un tema cultural, porque si te vas a cualquier librería, vas a encontrar una sección de mujeres donde hay libros sobre la vida de las mujeres en las diferentes etapas en la infancia, la adolescencia, en la juventud, en la menopausia, en la maternidad. Pero si buscas una sección de hombres, no existe. No hay libros dedicados a las experiencias vitales de los hombres y la representación de las mujeres, por ejemplo, en todo producto cultural, como pueden ser libros, series de televisión, películas, es una representación de vidas absolutamente fascinantes. Pero cuando representamos la vida de los hombres, ¿qué tipo de modelos estamos representando?. Estamos hablando de mafia, de superhéroes, de policías que resuelven crímenes. Los hombres no se han hecho con las herramientas que les sirven para lidiar con sus vidas. Entonces, en este momento, ¿cuál es la única voz que habla sobre la vida de los hombres? La de Andrew Tate, Jordan B. Peterson, la machosfera y lo que proponen es un retroceso, es un regreso a aquella vida tradicional en el que las mujeres están recluidas en el ámbito familiar, que solo se dedican al hogar, a la crianza de sus hijos. Éstas son las únicas voces que tenemos en este momento que hablan de las vidas de los hombres, que hablan del futuro de los hombres. Y su propuesta para el futuro es un regreso al pasado.

¿Y por qué encuentran esos discursos de odio tanto caladero entre los jóvenes? Son mensajes que solo les aviva la ira...

Una vez más yo creo que es una cuestión absolutamente cultural, porque creo que hay algunos modelos masculinos magníficos. Hay hombres que están hablando de casos de abuso sexual, sobre salud mental, que están hablando sobre la necesidad de un cambio. Pero lo que no tienen los hombres, es esta cultura fan que tenemos las mujeres. Pensemos, por ejemplo, en el caso de Taylor Swift. Ella hace un concierto y tiene todo un público absolutamente devoto que la sigue, que la admira. Si pensamos, por ejemplo, en el fenómeno de la positividad corporal, ¿cómo comenzó?. Con una serie de chicas que estaban hartas del escrutinio que recibían en redes. Y una chica gordita un día decidió tomarse una foto en la playa con su bikini, con sus michelines, con sus estrías. Y, ¿cómo reaccionaron sus amigas o todo el mundo?. Las mujeres en redes dándole al emoji de la flamenca. Si pensamos en el caso de un adolescente gordito, si hubiera hecho exactamente lo mismo, la reacción hubiera sido la siguiente o hubiera sido nada, o le hubieran dicho estás loco, has perdido la cabeza o le hubieran preguntado si es homosexual. Hay una enorme diferencia cultural y la diferencia cultural también se nota en que no hay una cultura por parte de los hombres de incentivar para seguir hablando sobre sus problemas.

Hay una falta de reconocimiento, de orgullo en ser quienes son. Dices que uno de los puntos de partida de esa confusión en la que están los hombres está en la escuela, que antes vivimos en un mundo despreocupado y multigénero. ¿Por qué crees que ése es el origen de todo? ¿La crisis educativa es un reflejo de la crisis política que estamos atravesando?

Sí, yo creo que sí. Es muy interesante hablar con profesores, porque los profesores son obviamente aquellas personas que se han dedicado al mundo de la enseñanza durante décadas y han visto a niños durante décadas y décadas. He entrevistado a muchos profesores y lo que me dicen una y otra vez es siempre lo mismo que esta crisis se comienza a dar a la edad de seis años, antes de los seis años los niños hacen prácticamente lo mismo que las niñas, es decir, lloran, expresan sus emociones, se cogen de la mano, se ponen disfraces, o sea, disfrutan realmente muchísimo. Pero una vez que llegan a la edad de seis años y comienzan a escolarizarse, siempre habrá un niño en el colegio que les dirá que los niños no lloran, que los niños no hablan de sus emociones, que los niños no se comportan así, y los profesores lo que me indican es que siempre suele ser el niño más conflictivo de la clase, aquel niño que tiene, por ejemplo, un padre violento o un hermano violento. Estos niños comienzan a recibir todos estos mensajes sobre cómo supuestamente tienen que ser niños. Y si te pones a pensar, es lo mismo que vemos en la sociedad. Tenemos al hombre más conflictivo o los más conflictivos del planeta que están indicándoles a los demás en qué consiste la masculinidad. Y con esto me refiero obviamente a Donald Trump, a Elon Musk. Yo creo que éste es el problema, que los niños a la edad de seis años aprenden todo lo que no pueden ser. Si les diéramos esos mensajes a las niñas ahora mismo, se revelarían. Dirían no, una niña puede hacerlo todo, puede ser presidenta, puede ser primer ministro, puede hacer lo que le dé la gana. Pero lamentablemente no les hemos enseñado a los niños a cómo rebelarse, a cómo plantarse y decir no, un niño perfectamente puede vestirse de rosa o puede llorar.

Portada '¿Y los hombres qué?' de Caitlin Moran

Portada '¿Y los hombres qué?' de Caitlin Moran

Portada '¿Y los hombres qué?' de Caitlin Moran

Portada '¿Y los hombres qué?' de Caitlin Moran

Los chavales en la escuela se enfrentan a situaciones de supervivencia, a cómo defenderse, cómo salir adelante. Pero no es lo mismo antes que ahora, que llegan a casa, se meten en su habitación y y no sabes lo que están haciendo delante de una pantalla. Las redes sociales lo han cambiado todo. ¿Cómo podemos abordar esto en edades en las que ni siquiera uno sabe ni cómo es, cómo enfrentarse a determinadas situaciones, o asimilar determinados mensajes?

Tenemos unas estadísticas terribles en Reino Unido, supongo que serán iguales aquí que dicen que un chico adolescente, por ejemplo, tiene muchísimas más probabilidades de tener un teléfono que su padre. Ahora estamos hablando mucho de este tema tras la serie de Netflix 'Adolescencia', que habla sobre una crisis de la adolescencia masculina. Pero, en realidad, yo no creo que sea una crisis de los chicos, de los adolescentes, sino que es una crisis de los padres. Porque, ¿cuál es el problema?. Si los chicos no tienen un padre que los ayude a navegar y a saber cómo moverse en un entorno virtual estarán perdidos, porque en el caso de las chicas pueden recurrir al feminismo a través de libros, series de televisión, películas. Pero los chicos no tienen estos recursos. Entonces, a menos que tengan un padre que esté presente, que los ayude a navegar el entorno virtual, no tendrán más que recurrir a la machosfera, a todos los grupos radicalizados virtuales, que han cubierto ese vacío que hemos dejado y que ahora lo cubren todo. Y creo que luego entramos en una suerte de círculo vicioso porque todas las noticias, por ejemplo, relativas a los hombres y a los chicos, sobre todo son sobre sus problemas o el hecho de que se están radicalizando cada vez más, sobre el hecho, por ejemplo, de que son víctimas de fracaso escolar, sobre tiroteos en las escuelas... Y cuando escuchamos noticias sobre las chicas, son todas buenas noticias. Las chicas están teniendo muchísimo éxito en el ámbito escolar, tenemos a la primera mujer multimillonaria del mundo, etcétera. Los chicos necesitan esperanza. Todas las noticias sobre las mujeres están llenas de alegría. Y todas las noticias sobre hombres se refieren a sus problemas. Encuentro esa situación absolutamente odiosa porque creo que nos hemos olvidado de los chicos.

Hay una parte muy interesante del libro que dedicas al sexo y a la pornografía. Hablas del caso de Sam, amigo de tu hija desde que eran pequeños. Él dice que forma parte de una generación que ha sido la primera en tener acceso a un montón de mierda en línea sin que exista una alternativa más amable. Sam ha necesitado años de terapia para poder superar su adicción al porno, para volver a saber relacionarse con chicas. Cuentas que su padre tuvo que estar durante mucho tiempo durmiendo con él para poder calmarle la ansiedad y el llanto. ¿Cómo nos enfrentamos a situaciones como ésta?

Una vez más, creo que es un tema cultural. Si te pones a pensar en el pasado, las mujeres no solían hablar sobre sexo. Y luego, a lo largo de los últimos 15 años todas las comediantes hablan de sexo. Las mujeres hablan de sexo en las series de la televisión, en las películas, tenemos libros escritos por mujeres que hablan de sexo. Esto facilita que una madre pueda abordar el tema de la sexualidad con su hija. No sé cuál es tu caso, yo creo que nunca he visto una película, una serie o un libro donde tengamos a un padre que habla de sexo con su hijo y el problema es que al no verlo los padres tienen menos herramientas para abordar este tema con sus hijos. Por eso yo escribí este capítulo, porque lo que pretendo hacer es también dar inicio a conversaciones difíciles. Mi ideal sería que un padre coja mi libro, que le diga a su hijo mira Caitlin Moran dice que los chicos adolescentes están consumiendo muchísima pornografía ¿conoces a algún amigo que le haya pasado eso?, y que allí puedan comenzar una conversación. Les digo que me pueden culpar a mí, yo voy a ser aquella madre un poco, digamos no muy usual, que está en el jardín fumando un pitillo y diciendo sí, hablen sobre sexo. También creo carecemos de los términos que nos ayuden justamente a hablar sobre el impacto que tiene la pornografía en los chicos. Porque, por ejemplo, las mujeres están hablando constantemente y las chicas sobre cómo se sienten víctimas de la pornografía. Porque claro, comienzan a tener esta visión del sexo que es me van a estrangular, estoy viendo escenas de violación y no quiero someterme a todo esto. Pero no hablamos de cuál puede ser el impacto en los chicos. Chicos muy jóvenes, niños a veces que ven estas imágenes y comienzan a pensar ah, entonces para tener sexo tengo que estrangular a una mujer, tengo que abusar de ella. Yo creo que el impacto de la violencia que generan esas imágenes es igual tanto para chicas como para chicos. Tenemos que descubrir el lenguaje, las palabras, los términos que nos permitan abordar también la violencia que se ejerce contra los niños cuando se les somete a estas imágenes tan terribles.

Acaba de pasar por España Vivian Gornick, que ha presentado una recopilación de sus ensayos de los 70: '¿Por qué algunos hombres odian a las mujeres?'. Decía que la era Donald Trump está siendo muy dolorosa, pero que las mujeres y el feminismo van a sobrevivir. ¿Eres igual de optimista?

Sí, hay una cita de Nick Cave que me gusta mucho porque dice que el optimismo es la esperanza con el corazón roto. Y yo me veo muy reflejada en esta cita también porque he podido ver la energía, la alegría que hemos generado con todo el feminismo en los últimos 20 años. En redes nos hemos dedicado a destruir algunos argumentos que son tremendamente lesivos. Y luego hemos tenido también que abordar la gran tarea que es construir algo mejor. Y yo creo que las mujeres lo hemos hecho muy bien porque nos hemos nutrido de esperanza, hemos encontrado las herramientas que necesitamos para lidiar con nuestro futuro, hemos construido una sororidad, tenemos un plan de futuro. El problema con los chicos y con los hombres es que no lo tienen. Mi esperanza es que puedan robarnos esas herramientas que hemos construido nosotras gracias al feminismo, para construir también un movimiento que hable del futuro de los chicos, que tiene que ser un movimiento y un futuro tan optimista como el de las mujeres.

Llevas escribiendo sobre feminismo desde hace muchos años, y comenzaste a hacerlo en un momento en el que nadie había escrito como lo hiciste tú. ¿Qué momento crees que atraviesa el feminismo?, ¿crees que ha funcionado el Me Too?

(Suspiros, risas) Creo que el feminismo ha sufrido el problema que sufren todos los movimientos progresistas, es decir, el momento en el cual todos comenzamos a discutir cuál es la mejor feminista, quién está en lo correcto, quién se equivoca, etcétera. Y lo que yo he tratado de hacer desde el humor es justamente decir que el feminismo no tiene que ver con la competencia, ni con encontrar la feminista perfecta. Si no que tiene que ver con el trabajo de millones de personas para empujar una idea común. Y yo creo que si entendemos el feminismo de esta manera, es así como prosperamos. La verdad que me impresiona mucho las feministas jóvenes de hoy en día, porque entiendo que son mucho más inteligentes de lo que era yo. Sobre todo porque también cuentan con un lenguaje que para nosotras era totalmente desconocido. Si pensamos, por ejemplo, en el control cohesivo, en la carga mental, en el test de Beth, en la luz de gas, o sea, haciéndose con todos estos términos y conceptos, obviamente ya saben que hay muchos problemas que sufren, que son sus problemas. Creo que el feminismo triunfará, como dijo William Horne, y que sobrevivirá a este periodo tan difícil, sobre todo porque no depende de una sola persona, sino de muchas personas, muchísimas personas que estamos cada una poniendo nuestro granito de arena.

 

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