Aeropuerto, por fin

Madrid

Cataluña no solo se normaliza. También empieza a recuperar el tiempo. Ese tiempo estúpidamente perdido por los avatares del procés, un ecologismo mal entendido y un exceso de recelo contra el turismo. La Generalitat de Salvador Illa y el gestor aeroportuario AENA que preside Maurici Lucena han llegado hoy a un acuerdo para ampliar, reforzar y actualizar el aeropuerto de El Prat-Josep Tarradellas, junto a la capital catalana.

 Sucede esta buena noticia después de cuatro años en que el anterior Ejecutivo catalán marease la perdiz con la excusa de la preservación de una marisma donde anidan las aves en tránsito. El nuevo proyecto rebaja la afectación de esa zona en 87 metros, permitiendo ampliar la pista más próxima al mar en 500. El coste será de 1.700 millones, y casi se duplicará por la renovación de las dos terminales, la construcción de una terminal satélite y las compensaciones para el medioambiente.

 Además de buena noticia para los catalanes, que recuperan así impulso económico, lo es para el equilibrio de todo el sistema aeroportuario español, demasiado apretado en su núcleo de Barajas. Por El Prat pasaron el año pasado 55 millones de pasajeros; por el aeropuerto madrileño, 66 millones. La diferencia no es tan grande, pero seguro que se ampliaría si la instalación barcelonesa volviese a perder el tren de la historia. Y la competencia es siempre buena.