El experimento real que inspiró la historia de Frankenstein
Laura Toribio nos devela qué hay detrás del icónico monstruo

El experimento real que inspiró la historia de Frankenstein
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Madrid
El monstruo de Frankenstein es, sin duda, uno de los personajes más icónicos de la historia de la literatura y del séptimo arte. A pesar de que ya han pasado varios siglos desde que Mary Shelley nos presentara por primera vez a esta criatura, sigue siendo una figura fácilmente reconocible en la cultura popular. Y no solo por los característicos tornillos en su cabeza o su torpe caminar, sino porque encarna un sinfín de debates y reflexiones que siguen siendo relevantes en la coyuntura actual. Desde el miedo a los límites de la ciencia hasta la responsabilidad ética y emocional detrás de algunos de los experimentos más vanguardistas.
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Tanto en la novela como en las adaptaciones cinematográficas, el doctor Víctor Frankenstein pretende crear un ser vivo a partir de restos humanos. Mientras que en la historia original nunca se detalla el método exacto con el que da vida a la criatura, si bien es cierto que se hace alusión en numerosas ocasiones a la fascinación de Víctor Franekstein por la electricidad, en las películas se representa a partir de un rayo que revive al cadáver. Un experimento ficticio que, sin embargo, se inspira en una historia completamente real. Para conocer la misma tenemos que viajar todavía más al pasado.
La rana de Galvani
Concretamente al año 1780, cuando el médico y físico italiano Luigi Galvani conectó los nervios de una rana muerta a un gancho metálico durante una tormenta eléctrica para desarrollar el fenómeno conocido como electricidad animal. Un tema sobre el que hemos hablado en el último programa de Serendipias, donde Laura Toribio le ha hablado a Ignacio Crespo acerca de la ciencia real detrás de la que sin duda alguna es una de las obras más reconocibles de la historia de la literatura: "Cada vez que el metal recibía un chispazo, la rana de Luigi Galvani contraía sus extremidades".

Tras este primer experimento, Galvani realizó una segunda prueba usando electricidad generada artificialmente y el efecto se mantuvo porque los músculos muertos de la rana se contraían. De esta manera, este fenómeno se convirtió en el origen del campo llamado galvanismo. Un experimento que sin duda alguna inspiraría lo que veríamos años más tarde en la icónica historia de Frankestein: "Este experimento posiblemente fue el que influenció a la artista Mary Shelley en la historia de Frankestein".
La ciencia detrás de Frankenstein
Por lo tanto, y a pesar de que estamos hablando de una obra del siglo XVIII, la ciencia ya estaba muy presente en la historia principal de la novela: "¿Es una obra de ciencia? Yo digo que no porque la novela trata sobre la vida, la muerte y la soledad. Pero, en ese momento, la ciencia tenía mucho que decir. A mí lo que me interesa es esa esencia que se palpa todo el rato de la ciencia". Y es que, desde el comienzo del libro, el doctor ya comienza a coquetear con las pseudociencias para llegar a la conclusión de que no son más que una pérdida de tiempo.
Todo ello para, a continuación, encomendarse a la ciencia real a pesar de que no prometa resultados tan espectaculares: "El protagonista, cuando descubre la tormenta y se empieza a interesar por la ciencia, el primer sitio al que llega es a las pseudociencias. Yo lo puedo entender porque pueden parecer bastante atractivas inicialmente pero, una vez que te metes en ello y empiezas a 'estudiarlas', te das cuenta de que no te llevan a ninguna parte, lo que provoca el enfado del protagonista. Al final, la ciencia consigue obtener resultados porque baja las expectativas generales".

David Justo
(Astrabudua, 1991) Periodista especializado en tecnología que aborda la vida digital desde otro punto...