El ídolo cinematográfico de los años 50 creció como pandillero en las calles
Fue uno de los galanes más conocidos, antes de la llegada de Marlon Brando y Paul Newman

El ídolo cinematográfico de los años 50 creció como pandillero en las calles
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Famoso por su físico de galán y su acento neoyorquino, Tony Curtis fue el primer ídolo de la industria del cine en la década de los 50 antes de que llegaran sucesores como Marlon Brando, James Dean y Paul Newman. Aunque su nombre quedará ligado a su interpretación en Con faldas y a lo loco (1959) con Jack Lemmon y Marilyn Monroe, el actor también interpretó grandes papeles en Los vikingos (1958), Espartaco (1960) y La carrera del siglo (1965).
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Pero lo que pocos conocen es que, antes de convertirse en una estrella, el actor tuvo una infancia y adolescencia muy duras. El joven Curtis se crio en las calles del Bronx de Nueva York como un pandillero, en un hogar humilde con unos padres inmigrantes que apenas tenían para alimentar a sus hijos. De hecho, su hermano y él fueron enviados a un orfanato durante un tiempo porque sus padres no podían ocuparse de ellos.
Tras la muerte de su hermano en un trágico accidente, con menos de 11 años, el futuro actor se unió a una pandilla del vecindario, cometiendo delitos menores, entre los que primaban los hurtos en los comercios de la zona. Fue precisamente el servicio militar lo que le salvó de convertirse en un delincuente. Desde muy pequeño Tony Curtis soñaba con ser como sus ídolos, Carry Grant y Errol Flynn y como el ejército era lo más heroico que tenía a mano, decidió alistarse, prestando servicio en la fuerza submarina del Pacífico.

‘Los Goonies’, Tony Curtis y ‘Los valientes andan solos’
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Aunque eran los años de la Segunda Guerra Mundial, el joven Curtis nunca llegó a participar en el conflicto, su buen físico le facilitó ser seleccionado para un taller de teatro de la Armada y allí le picó el gusanillo de la actuación. Al terminar la guerra no tardó en dar el salto a Broadway, donde un cazatalentos de Universal Pictures se fijó en él y decidió cambiarse el nombre a Anthony Curtis.
por entonces, Universal preparaba a unA serie de jóvenes actores con el fin de convertirles en galanes cinematográficos. Un grupo en el que también estaban Rock Hudson o Clint Eastwood y cuyo principal trabajo consistía en hacerse fotos en traje de baño jugando con las starlets en la piscina, hasta que un día, el director Robert Siodmak le vio y decidió darle un papelito en su película, El abrazo de la muerte (1949).




