“Los gibraltareños ya están comprando fincas aquí”: los vecinos del Campo de Gibraltar, entre el optimismo y la cautela
El fin de las colas y la libre circulación ilusionan a los trabajadores transfronterizos, pero el temor a un encarecimiento de la vivienda y la incertidumbre sobre pensiones, impuestos o sanidad siembran dudas

“Los gibraltareños ya están comprando fincas aquí”: los vecinos del Campo de Gibraltar, entre el optimismo y la cautela
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Madrid
La demolición de la verja que separa Gibraltar del territorio español y la entrada del Peñón en el espacio Schengen ha despertado una mezcla de esperanza y cautela entre los vecinos del Campo de Gibraltar. Es la impresión general recogida por la Cadena SER, a través de los testimonios de algunos de los más de 15.000 trabajadores transfronterizos dados de alta en Gibraltar, que cada día cruzan la frontera para ganarse la vida.
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“Se ve ya el final del hilo de la incertidumbre, es decir, ver un punto de luz”, dice Alfredo, que trabaja en la construcción en el Peñón. Su optimismo es compartido, aunque con matices, por Luis, empleado en una casa de apuestas en territorio británico: “Por ahora, como siempre, ¿no? Las consecuencias del acuerdo se irán viendo en el futuro, pero vamos con positividad”.
Uno de los cambios más esperados es el fin de las colas en la frontera, una rutina que ha marcado a generaciones. María Jesús, limpiadora, lo resume con alivio: “Me parece estupendo. Es un alivio. Sí, muchísimo. No operar las colas tanto tiempo”. Amanda, que trabaja en una perfumería, coincide: “Que no haya cola de verdad al volver por la tarde”.
Las colas no solo han sido una molestia logística, sino también una carga emocional. José María explica cómo afectan a las familias: “Las colas eran tan tediosas, tan complicadas, que no se encontraban psicólogos en ninguna parte de la comarca”. Alfredo añade: “Esto de estar preguntándose qué cola hay hoy o qué cola puede haber mañana crea también inseguridad”.
La vivienda, en el centro de las preocupaciones
Pero junto al alivio, persisten las dudas. “El estado de las pensiones, de los transfronterizos, el tema de los impuestos, el tema sanitario…”, enumera Alfredo. Luis apunta a una preocupación creciente: el posible encarecimiento de la vivienda en La Línea. “Se comenta que pueda subir la vivienda a causa de esto”, dice. José María lo confirma: “Se van empezando ya a comprar fincas y viviendas en esta zona. La idea es regresar a los sitios donde vivían antes”.
También hay inquietudes más cotidianas. Amanda teme que la eliminación de la frontera dispare ciertos precios: “Las personas que viven en España pueden entrar mucho para comprar tabaco y alcohol, y creo que cuando ya no haya frontera, eso va a subir muchísimo”.
El acuerdo marca un antes y un después, pero en el Campo de Gibraltar, la esperanza camina de la mano de la cautela. La frontera física puede desaparecer, pero las fronteras sociales y económicas aún están por resolverse.

Adrián del Pozo
Periodista de informativos en los fines de semana. He pasado por la sección de Sociedad y por las radios...