Pesadilla en el museo: un hombre rompe la popular 'silla Van Gogh' al sentarse sobre ella

Madrid

El House Museum Palazzo Maffei en Verona (Italia) ha amanecido este domingo con una obra menos en sus instalaciones. La institución ha tenido que enfrentarse en las últimas horas a una de las peores pesadillas de los museos: la imprudencia de algunos de los miles de turistas que reciben a lo largo del año.

Esto es, precisamente, lo que le ha sucedido a la institución italiana después de que una pareja de turistas hayan roto la popular Silla Van Gogh, del artista Nicolla Bolla. Los hechos ocurrían este pasado sábado, cuando un hombre y una mujer eran captados por las cámaras de seguridad del museo mientras se hacían unas fotos junto a la obra, recubierta de cristales Swarovski.

En el vídeo se puede ver cómo la mujer se acerca en primer lugar a la silla, colocada bajo unos lienzos en una de las salas del museo. Sin llegar a sentarse, la turista se inclina sobre la silla mientras su acompañante le hace una fotografía.

Es entonces cuando se intercambian las posiciones y el hombre se acerca a la obra. Tras simular la posición previa de la mujer, el hombre decide ir más allá y sentarse directamente en la silla, de gran fragilidad por el material con el que estaba cubierta.

Prácticamente al instante, las cámaras han captado cómo la silla se derrumbaba y cómo los turistas, al ver lo ocurrido, huyen de la sala a toda prisa.

Los turistas, en el punto de mira de los museos

Lo ocurrido en el House Museum Palazzo Maffei es una práctica cada vez más frecuente entre los turistas. Muchos de ellos, por el afán de querer sacar fotografías o llamar la atención, terminan por destruir obras que, en algunas ocasiones, pueden llegar a tener miles de años de antigüedad.

Algo similar a lo ocurrido en Italia, precisamente, ocurrió hace apenas dos semanas en China. Una turista saltó a una fosa donde se encuentran unas estatuas de terracota, una de las grandes colecciones arqueológicas más importantes del país, ubicada en el Museo del Mausoleo del Primer Emperador Qin.

A pesar de que la fosa alcanza una profundidad de hasta cinco metros, la turista tuvo daños graves, aunque sí la colección, según informaron las autoridades poco después.

Y no ha sido la única. En 2024, un turista rompió voluntariamente dos estatuas en los Museos Vaticanos de Italia después de que la institución vaticana le negara un encuentro con el papa Francisco. El hombre, procedente de Estados Unidos, tiró al suelo dos bustos romanos expuestos en una de las salas del museo e inmediatamente después fue puesto a disposición de las autoridades vaticanas.