Un estudio científico español mide cómo "entrenar música" mejora el lenguaje a 23 niños con problemas neurológicos
Lo ha desarrollado un equipo español encabezado por Manuela del Caño en "el cole de Celia y Pepe", un centro de educación especial de la Fundación Querer en Madrid

Entrevista a la neuróloga Manuela del Caño
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Manuela del Caño Espinel es doctora en neurociencias y profesora en la universidad de Burgos. Acaba de terminar la primera fase de un proyecto científico lleno de sensibilidad: un estudio sobre niños con trastornos del lenguaje promovido por la Fundación Querer, en el que han medido cómo el aprendizaje musical mejora las conexiones en su cerebro y, con ello, sus capacidades de comunicación. Del Caño cree que la música es una herramienta terapéutica y educativa "con base científica", y reclama la atención de las administraciones para que se fijen en este proyecto y se amplifiquen sus beneficios.
Investigas algo muy poético. El efecto de la música en el cerebro. ¿Cuál es?
Hay muchas evidencias científicas ya. Se sabe que es la actividad que más partes del cerebro pone en funcionamiento a la vez. Y además es una de las grandes activadoras del sistema de recompensa de actividad del cerebro. Nos produce dopamina, nos hace sentir bien. Así que hay muchas evidencias de que el efecto es muy amplio. Lo que nosotros queríamos ver es si tenía un efecto directo en cerebros que tienen trastornos del neurodesarrollo y, en concreto, si eso podía afectar a una actividad esencial como el lenguaje.
¿Queríais ver si la música podía desarrollar el lenguaje?
Eso es. Saber si podían encontrar caminos comunes en el cerebro y entrenando con música poder desarrollar el lenguaje.
Háblanos de la investigación que habéis hecho.
Hemos estado trabajando con 23 niños que son alumnos de un colegio de educación especial que se llama "el cole de Celia y Pepe, en Madrid. Es un cole de la fundación Querer. Trabajamos con ellos porque tienen diferentes patologías que llevan a problemas en el desarrollo neuronal, pero todos tienen en común problemas de lenguaje. Teníamos una oportunidad muy grande de tener a todos estos niños en un entorno escolar, controlando todas sus estimulaciones y todo su trabajo cognitivo al introducir un entrenamiento musical específico y muy intenso.
Y ver qué cambios se producían en su cerebro.
Si. Miramos si mejoraban su lenguaje, si mejoraban sus capacidades musicales y, sobre todo, los cambios en su cerebro a través de resonancias magnéticas funcionales. Ahí veíamos qué partes se activaban en función de los estímulos. Todo esto para demostrar que el entrenamiento musical tenía efecto sobre sus cerebros.
¿Y qué habéis encontrado?
Los resultados han sido fantásticos, sorprendentes. (Se ríe) Bueno, no sorprendentes, pero sí fantásticos, porque realmente hemos podido ver, en muy poquito tiempo -en cuatro meses- cambios significativos en la respuesta cerebral. Y en ocho meses, lo que se llama "dosis dependientes", es decir, cuanta más cantidad de música hacían, más efecto hemos visto.
Enseguida hablamos de esos resultados un poco más pero antes una duda que me surge... han dicho entrenamiento musical, es decir... ¿no solo escuchan la música, sino que están aprendiendo música, no?
Efectivamente, no solo es escuchar, lo importante de la música es hacerla. A lo largo de la historia, la música siempre ha estado ligada a la humanidad, y en las primeras etapas, era algo totalmente inherente al ser humano. Hacer música como andar, como comer.
Sin embargo, a lo largo de la historia, hemos ido separando la práctica musical y hemos generado diferentes personas: los que hacen música y el resto. Yeso yo creo que ha sido un error, y entonces, durante mucho tiempo, se ha utilizado la música como terapia solo a nivel pasivo, que también tiene sus efectos y también es muy beneficioso, pero nuestro objetivo era realmente hacer entrenamiento musical.
¿Por qué usas esta expresión?
Al principio no me gustaba mucho esta palabra, pero yo he insistido en decir entrenamiento, porque lo que queríamos es que estos niños hicieran música y que realmente fueran capaces de realizar todo el proceso que supone hacer música, incluso descodificar el lenguaje musical, leer una partitura, descodificarla, procesarla en el cerebro, predecir un resultado y producir ese resultado a través de un instrumento. Niños que no se pueden comunicar muchas veces de otra manera y que la música sea su instrumento de comunicación.
¿Cómo son los ejercicios? ¿percusión, palmas, cantar, instrumentos?
Realmente no hemos inventado nada, porque hacer música es hacer música, pero lo que sí que hemos hecho es que este entrenamiento tuviera objetivos concretos. Cada una de las actividades que hacíamos -desde canciones, ritmos con instrumentos, coreografías para trabajar también con el cuerpo- las teníamos definidas para objetivos muy concretos, para la percepción de parámetros muy concretos del sonido.
Hacíamos este entrenamiento para mejorar la capacidad de percibir sonidos diferentes, la capacidad de detectar duraciones diferentes y que eso cada vez fuera mejor en estos niños.
Aunque ellos estaban haciendo música y no sabían lo que estábamos haciendo, nosotros detrás sí que sabíamos que cada una de las actividades que estábamos haciendo, muchas de ellas actividades clásicas de educación musical, cada una de ellas tenía un objetivo muy claro de desarrollar o mejorar sus capacidades de percibir la música.
¿Eso es lo que ha dado resultados?
Y a través de eso, es como hemos visto que realmente la música tiene un efecto muy bestial en el cerebro.
Hablabas antes de resultados en solo cuatro meses, en ocho, cómo se han ido incrementando, esos resultados implican, por ejemplo, mejoras en las capacidades del lenguaje de los niños, que antes a lo mejor no tenían.
Efectivamente, hemos visto cambios en las capacidades del lenguaje, hemos visto cambio en la respuesta cerebral a diferentes estímulos, y hemos visto cambios en el comportamiento. Realmente hemos visto cambios a todos los niveles, a todos los que hemos medido, incluso hemos visto algunos cambios en regiones del cerebro que no estábamos midiendo. Sabemos que incluso hemos podido tocar más cosas de las que hemos medido
Pon un ejemplo.
Estos niños, antes de hacer el entrenamiento musical, no distinguían entre un estímulo del lenguaje con significado y sin significado, o música con cierto orden. Después del entrenamiento musical eran capaces de distinguir mucho mejor estos estímulos. Realmente el procesamiento de los estímulos sonoros ha cambiado mucho tras solo cuatro o ocho meses de entrenamiento.
¿Por qué se produce esto? ¿qué crees que está en la base de por qué se produce esto?
La idea de cómo se procesa la música en el cerebro es que es una actividad integradora. Lo que hace es unificar y poner en funcionamiento a la vez, y conectar regiones distintas del cerebro. El lenguaje hace algo parecido, o creemos que hace algo parecido, está conectando también partes diferentes del cerebro para todo el proceso que supone ver un texto, leerlo, procesarlo, sacar una información. Todo eso también es un sistema complejo que une muchas partes del cerebro. Y la música es una actividad que hace esto mismo.
Y luego, hay una parte del lenguaje que es muy musical.
Exacto. Si yo, diciendo la misma frase, cambio la manera de decirla, puede cambiar completamente el significado.
Si yo digo, "¿cómo me gustan las jornadas de neurociencia de la Fundación Querer?", o digo, "jo, ¿cómo me gustan las jornadas de la Fundación Querer?" (cambia el tono de voz) solo cambiando parámetros sonoros, únicamente sonoros, hemos cambiado la información. Así que realmente hay una conexión muy clara caminos similares en el cerebro entre musica y lenguaje.
No sabemos si lo que estamos haciendo es cambiar esos caminos en estos niños que los tienen dañados. No sabemos si los estamos mejorando o rehabilitando, o si, simplemente, lo que estamos haciendo es generar caminos alternativos. A lo mejor estamos creando otro camino de procesamiento de la información juntando regiones diferentes del cerebro.
En todo caso el éxito es claro, por lo menos en este pequeño programa que vosotros estáis haciendo. Por eso la última pregunta es... ¿estáis intentando que sea un programa más grande?
Claro, obviamente ese es el siguiente paso, nuestro siguiente objetivo es difundir esto, tener evidencias científicas de que esto funciona, y las tenemos, y por supuesto con esas evidencias llevar este trabajo a cualquier colegio que quiera implementar esto.
Necesitamos, obviamente, para poder hacer esto, conseguir financiación para poder desarrollar una metodología, desarrollar una formación que permita trabajar como nosotros hemos trabajado y como hemos conseguido demostrar que funciona, y poder expandirlo a cuanta más gente mejor, a cuantos más niños mejor, a cualquier persona que esto le pueda beneficiar.
Y además, si esto se expande a más personas, poder seguir analizando nuevos cerebros, poder seguir viendo el efecto que tiene en otros niños, en otras patologías, y ir añadiendo información sobre el cerebro.

Javier Ruiz Martínez
Redactor de temas de sociedad, ciencia e innovación en la SER. Trabajo en el mejor trabajo del mundo:...